El miércoles 18 de
septiembre de 2013, la escritora española Almudena Grandes se presentó en la
Fundación Malba para dialogar con la periodista Raquel Garzón. Entre los temas más destacados, la escritora nacida en Madrid nos contó de sus novelas "Inés y la alegría", "El lector de Julio Verne", de la literatura erótica, el libro "Cincuenta sombras de Grey", y del pasado y presente de España.
A continuación, los momentos más salientes de la entrevista:
A continuación, los momentos más salientes de la entrevista:
Imagen: Sergio Torres |
Inés y la alegría
Yo escribí novelas de la guerrilla y podría seguir escribiendo hasta el día de mi muerte. Hay pocos temas que me apasionen tanto como este. Y estas novelas comparten una condición que no es más ni menos que tomar un hecho o acontecimiento histórico de la vida real para luego, convertirlos en un marco en el que se introduce una historia de ficción.
Cuando publiqué “Inés y la alegría” un chico muy joven me
dijo “deberías llamar a la colección ”nuevos
episodios nacionales”. Pero no me animé porque ‘nacional’ en España es un adjetivo robado, que en vez de unir a
todos los españoles, lo que hace es reflejar la actitud de los franquistas, de
llamarse a sí mismos “nacionales” se
erigieron como los representantes de España contra la anti-España. Es una historia muy larga y muy triste.
Los personajes que me interesan a mí son los sobrevivientes;
ni los héroes y mártires ni los villanos.
Otra de mis motivaciones tiene que ver con el impacto de las
ideologías en las emociones. Y en “Inés y
la alegría” la que cuenta la historia es la cocinera del cuartel de la
guerrilla.
El lector de Julio
Verne
Cuando escribo novelas parto de una imagen y los pies de Cristiano (una amigo mío) está en el origen de esta novela. Él me contó una historia de su infancia en Jaén, una localidad famosa por su producción de aceite de oliva. Su papá era un “guardia civil”, agente de la fuerza represiva de la España rural. Primero debo contarles que España siempre ha sido un país pobre pero ha sabido vivir siempre también con dignidad.
Desde esa pequeña dignidad de los pobres, el padre de Cristino
le dijo a su mujer que pensaba que el niño debía estudiar mecanografía, porque
si es bajito y no llega a dar batalla, sabiendo francés y escribir a máquina
puede colocarse como oficinista en la diputación o en la oficina de Ayuntamiento.
Vivirá bien aunque sea bajito y le tratarán de “don”. Eso me impresionó
muchísimo.
Cuando Cristino, salía de la escuela y sus amigos iban a jugar
al fútbol, a él lo obligaban a ir a la oficina del cuartel, que debía ser un
sitio muy siniestro. Al ser bajito, le
ponían una silla alta, un almohadón y una enciclopedia, para que pudiera llegar
a la máquina de escribir con las manos, pero los pies no tocaban el suelo. Cuando
vi aquellos pies de Cristino en el vacío, en una oficina oscura, debiendo
aprender a escribir a máquina con un sargento, ahí supe que iba a escribir una
historia sobre Cristino.
Esta novela es un
homenaje a la literatura de aventuras y Cristino será homenajeado con Nino.
Este personaje lee mucho. Los libros le ofrecen a Nino un código moral y un
código existencia pero también son herramientas. La literatura también puede
ser una manera de escapar de una realidad horrorosa. Y mientras Nino lee libros de aventuras no se
da cuenta que su vida se está convirtiendo en una.
Las sombras de la
literatura erótica
Creo que lo más importante para escribir literatura erótica, (y ese no es el camino que lleva “Cincuenta sombras de Grey”), es tener claro que el tema literario es el deseo. “Cincuenta sombras…” el sexo es fácil, lo que es difícil es el amor.
El sexo como actividad física es muy gratificante para el que lo hace pero es muy monótono para el que se lo cuentan. En primera persona, creo, todas las personas saben que es una emoción inefable, que no se puede describir. El sexo es una dimensión importante en el ser humano. Lo que sí es infinito, emocionante e infinito es el deseo. Esa angustia, ansiedad, desesperación del que desea. No tanto las escenas de sexo en sí. En
Voy a contar un chiste que tiene que ver mucho con lo que
opino sobre “Cincuenta sombras…”, un
chiste clásico en España, muy machista (eso es lo más triste) pero que viene
muy bien a la ocasión: “¿saben por qué
las mujeres miran películas pornográficas? Para ver si se casan al final”.
Y yo leí “Cincuenta sombras…” y
decía: “chicos, por favor no se casen, no
se casen”.
“Cincuenta sombras…”
tiene la ventaja de ser una historia
sadomasoquista que no da miedo; es inocuo, es inofensivo. Porque el dominante
es un corderito con una fusta. Es un producto muy consumible. A algunas
lectoras puede ser que le dé la sensación de qué es muy fuerte.
La España “roja”
A mí Stalin no me representó en absoluto. Pero los españoles en la década del ‘40 y del ’50 no tenían tanto para pensar en el cuando su enemigo inmediato era el fascismo de Franco.
He escrito sobre los conflictos de mi generación. Éramos la primera generación que no tuvimos miedo. Nunca hemos ido al mismo ritmo que el resto de Europa; o más rápido o más lento.
Yo no tengo motivos para ser una española orgullosa pero sí
para ser una ‘roja’ española.
El tema de la memoria está presente en todos mis libros.
La España de nuestros
días
El 15-M es un fenómeno muy complejo que despertó mucha ilusión. Fue un hecho con mayor importancia en el plano moral que en plano de la política. Sin embargo, aún siendo maravilloso no tuvo la capacidad de organizarse. En su mismo nacimiento está su fragilidad. No tuvo una incidencia real en la política pero ojo, está ahí...
En la actual coyuntura económica de España, que la crisis
económica que vive Europa en general y España en particular, no es una crisis sino
una estafa. Es un ataque sistemático contra el estado de bienestar. Es un
ataque de los mercados que han decidido ¿por
qué hay que tolerar que haya países con servicios públicos si desmontando los
servicios públicos, la medicina privada, la educación privada, las pensiones
privadas son una oportunidad de negocios espectacular?
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