miércoles, 19 de abril de 2017

John Berger, Pablo Picasso y Barcelona Fútbol Club. Sueños de una noche catalana.



I

Por esas cosas de la vida cotidiana y por culpa de un insomnio más torpe que clínico, decidí sentarme en el sillón a releer antes que comenzar un libro nuevo. El tiempo de descanso necesario ya estaba perdido y me terminé acostando mucho más tarde de lo habitual.
En lugar de ir a la biblioteca preferí elegir un libro de mi escritorio de trabajo. Desde hace varios años tengo siempre a mano una biografía de Pablo Picasso escrita por John Berger, quien lamentablemente acaba de fallecer el 2 de enero de este año.
Ya sabemos lo que fue capaz de ser y hacer Berger. Fue escritor, pintor, poeta, ensayista y crítico de arte. Sus libros son más que reconocidos y valorados por la comunidad de lectores: El sentido de la vista, Mirar, El cuadernos de Bento, G., Lila y Flag, Fotocopias, Una vez en Europa, son algunos de sus libros más apreciados. Pero tal vez su gran virtud y su gran legado haya sido enseñarnos a mirar mejor.


II

Publicado en 1965, Berger nos cuenta en “Fama y soledad de Picasso” la vida y la obra del pintor, de la riqueza que el pintor malagueño supo generar ya sea por su valor artístico como por el valor de mercado. Tan fenomenal fue Picasso que podía tener todo lo que deseaba con sólo pintar un bodegón, -una casa  en el sur de Francia, por ejemplo-. Es por esto que Berger se refiere a Picasso como un Midas moderno pero más poderoso aún, ya que en caso de tener hambre, la comida no se convertiría en oro, problema que sí tuvo el personaje de la mitología griega.
Sin embargo, vale decirse que la biografía no se centró se únicamente en la lógica de la riqueza ni del triunfo, sino también en la frustración que le trajo aparejado dicho éxito.


III

Un libro se puede releer de distintas maneras: desde el principio hasta el final; de manera desordenada, comenzando por cualquier lugar. El lector puede volver al capítulo que más le gustó; también puede leer como si fuera un “detective”, buscando algún dato llamativo o necesario. Si el lector es de subrayar, seguramente intentará reencontrarse con aquello que creyó fundamental. Son muchísimas las motivaciones que surgen cuando se inicia una relectura.
En este caso, decidí releer desde el principio, de corrido y sin alterar el orden de las páginas.
Y esta relectura, cómoda y rápida porque ya el contenido lo tenía asimilado, me llevó a pensar en una España que nos puede parecer en estos tiempos, muy lejana. Una España medieval pero también comunitaria y combativa: la España de fines de siglo XIX y primeras décadas del siglo XX.




IV

En sus primeras páginas el libro de Berger da inicio con un análisis del mundo en el que Picasso se formó. Sin hacer una historia minuciosa de España y mucho sin pretensiones de hacer algún tipo de sociología, Berger dice que a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, España mantenía muchos rasgos de feudalismo, no porque la mayor parte de la población activa trabajase en actividades vinculadas al campo, sino porque en la mayoría de sus regiones se producía solamente “para cubrir las necesidades del hogar y del pueblo”.
Berger afirma que si se comparara España con Alemania, Francia o Inglaterra, la primera aparecía ante las restantes como una nación atrasada. Y esta tal vez haya sido este una de las principales causas del distanciamiento de España con el resto de las naciones europeas más avanzadas.
En este contexto donde sólo habría retraso, Berger observa una gran virtud y la llamará “reliquia”. La reliquia es la conciencia del campesino español en el que está comprendido “su modo de vida comunal”, y en la cual se podía rastrear otro tipo de solidaridad que en la Europa más “avanzada”, ya no podía reconocerse.
Al respecto, dice Berger:

“este recuerdo (el de la solidaridad arraigada a través del tiempo), combinado con su pobreza hacían que a despecho de la propiedad privada, se aferrara a una idea de libertad que nada tenía que ver con la ‘liberté’ de la Revolución Francesa, sino que era más bien la libertad orgullosa del individuo inmerso en una colectividad primitiva, espontánea y pequeña”.

Y estas condiciones (entre otras), permitieron que el anarquismo fuera el único movimiento político capaz vincular al pueblo español con las relaciones sociales, tales y como fueron antaño en un régimen de propiedad colectiva.


V

A principios del siglo XX, Madrid luchaba por mantener sus beneficios y privilegios por sobre el resto de España. En contraposición, Cataluña era la ciudad industrial, -de poco desarrollo es cierto pero industrializada al fin-, que pretendía separarse de la Madrid absolutista para consolidar un incipiente capitalismo. En el medio de esta disputa estaban los campesinos y los obreros que debían luchar contra unos u otros: los absolutistas y los patrones. Y en ese contexto, un movimiento político puede transformarse en la gran posibilidad de emancipación para estos sujetos cansados de la falta de libertad, y de la opresión económica.

VI

Habré leído durante una hora. Puede que un rato más o un rato menos; en esta ocasión, no controlé el tiempo de lectura. Lo que sí puedo decir con exactitud es que la noche fue muy corta. A pesar de que tenía mucho sueño, me desperté antes de que sonara la alarma del teléfono. No quince o veinte minutos antes de las siete como sucede habitualmente, sino a las cinco y cuarto de la madrugada.
Fue un sueño el que me sacó de la cama. Ni siquiera una pesadilla; no me levanté sobresaltado ni transpirado. Por supuesto, era un sueño raro porque como ya sabemos, todos lo son. Pero creo que fue así porque tocó alguna fibra sensible que se pueden sentir casi exclusivamente en la infancia.

VII

Serían aproximadamente las 11 de la mañana y caminaba por las galerías internas del Camp Nou. Por supuesto, en las tribunas no había nadie esperando por el partido. Faltaban más de cinco horas todavía para que Barcelona Fútbol Club  se enfrentará en el partido de revancha contra el Paris Saint Germain, por octavos de final de la Champions League y que en el partido de ida el conjunto francés venció por 4 a 0.
Ingresé por una de las bocas de acceso a una platea lateral, justo enfrente de las butacas amarillas que gracias a su color forman la frase que hace de la identidad blaugrana su mayor orgullo: “Més que un club” . Me senté en una butaca y a tranquilidad de esta contemplación en soledad me servía para recordar algún partido memorable de este club, que los hinchas del club catalán atesorarán en sus recuerdos por muchos años y el que primero que me viene a la mente es el 5 a 0 al Real Madrid de José Mourinho, en 2010. Creo que no hubo una demostración de fútbol tan grande de un equipo hacia otro, siendo los dos planteles los más poderosos del mundo que se enfrentaban entre sí.
También recordé el 6-2 ante el mismísimo Real, pero ese partido no entraba en la categoría que me había propuesto porque se había jugado en el estadio Santiago Bernabeu, ubicado en la capital española.

VII

Un rato después, volví a bajar por los pasillos y antes de salir del estadio visité una tienda de recuerdos y regalos. Me llamaba la atención porque además de las camisetas y souvenirs dedicadas a los jugadores actuales (Lionel Messi, Luis Suárez, Neymar o Piqué), había gran variedad de muñequitos, pósters y tarjetas de jugadores que alguna vez vistieron la camiseta blaugrana.
El marketing de uno de los clubes más importantes del mundo no dejaba nada sin posibilidad de venderse, y seguramente el fetichismo no ha alcanzado aún el paroxismo. Todavía no podemos saber hasta qué cosas se podrán comercializar en nombre de la pasión.
Miré una estantería y vi dos glorias que se destacaban por sobre el resto ya que tenían toda una esquina para ellos solos. Un caso era esperable ya que se según el libro de oro del club catalán dice que fue el verdadero inspirador, primero como jugador y luego como director técnico, para que el Barcelona se haya transformado en la gran institución que es hoy: Johan Cruyff. A partir de él, la escuela holandesa que supo tener entre sus filas a los hermanos de Boer, Litmanen y a los entrenadores Louis Van Gaal y Frank Rikjaard, plantó bandera en Cataluña.
El otro caso es de un jugador que llegó a Cataluña en 1982 pero que no pudo darle su mejor genio, algo que sí hizo cuando emigró en silencio Nápoles y luego, en tierra azteca, convirtió el gol más lindo de la historia de los mundiales para después ganar la copa del mundo: Diego A. Maradona.
Estaba él vestido de jugador de Barcelona por supuesto, con su porra de aquel entonces, y su imagen ilustraba un vaso de vidrio. Él también figuraba allí. Y eso tal vez nos sirva para comprender que otro de los orgullos de ese club fue el de haber contado entre sus filas con muchos de los mejores jugadores del mundo como Ronald Koeman, Gary Lineker, Romario, Ronaldo, Riquelme, Iniesta, Etoó, Ibrahimovic, Puyol, Stoichkov, Hagi, Laudrup, Schuster, Neeskens, Xavi, Figo (imposible no escribir “pesetero”, apodo que se ganó luego de abandonar el club para irse al clásico rival, Real Madrid), y Kubala, entre otros. Hasta acá, llegó mi sueño. Luego, el día y la vida cotidiana.: desayunar, vestirse y trabajar.


VIII

Con unos amigos jugamos un torneo de pronósticos con partidos de fútbol elegidos al azar. Partidos de todas las ligas, preferentemente los torneos de AFA y del resto de las competiciones importantes como la liga italiana, española, inglesa, la Copa Libertadores, las Eliminatorias sudamericanas y la Champions League. Siempre los partidos más atractivos para nosotros o con las participaciones de todos esos equipos de jugadores argentinos. Los partidos del Barcelona están siempre, por Lionel Messi y por su fútbol.

IX

Días atrás el Barca había perdido muy mal con el PSG 0-4. Y el resultado podía haber terminado con cinco o seis tantos del equipo galo (de capitales qataríes).
Cuando tuve que poner mi pronóstico, me jugué un pleno: más por el cariño al club catalán y a Messi, por una especie de gratitud a tantos años de un futbol tan maravilloso como extraordinario, le puse un resultado que presuponía el triunfo y la clasificación del Barca, 6 a 0.

X

El partido comenzó en horario puntual, tal como lo establece el protocolo de la organización de ese torneo. A los tres minutos, el equipo local anotaba su primer gol: el uruguayo Luis Suarez de cabeza, ubicado dentro del área chica. Faltaba mucho pero el comienzo era alentador.
Primer asterisco: Draxler tira un centro atrás a la altura del piso y cuando cae Mascherano desvía el balón con su brazo izquierdo. Debió sancionarse penal.
Con superioridad absoluta pero con no tanta contundencia, el primer tiempo parecía que iba a terminar con ese sólo gol de Suarez hasta que en el minuto 40, Iniesta pelea por un balón casi perdido. Pero él, con lo último que le va quedando de energías y resolutivo ciento por ciento, saca un taco a dos metros del arco que rebota en el defensor Kurzawa y se transforma en el segundo gol de la noche.

XI

Al inicio del segundo tiempo, Iniesta saca un pase de billar que Neymar alcanza y que cuando iba a escapar de su marca, un defensor se arroja de cabeza a sus pies y comete penal. Un penal en un momento muy caliente del partido. Y Messi toma la responsabilidad. Se para levemente inclinado hacia su derecha, da tres pasos y revienta la red con un tiro rasante: 3 a 0. La igualdad estaba a un gol. Y más grande eran las esperanzas cuando minutos después, Cavani estrella un remate contra el poste de Ter Stegen. “Si no entra esta, no entra ninguna otra”, dice la mitología futbolera. Mentira.
Cuando parecía que el cuarto gol iba a decantar, Cavani recibe un balón en el centro del área y fulmina a Ter Stegen. Ahora sí, las esperanzas se diluyen. Quedaba media hora y además del golpe anímico de este tanto y el Barca debía marcar tres goles más para clasificar.

XII

Los minutos iban pasando. Cavani desperdicia un mano a mano increíble y al minuto 85, Di María que podía haber definido la clasificación a favor del PSG, demora una eternidad y deja que Mascherano le quite dicha posibilidad.

Minuto 88. Falta al borde del área del lado izquierdo. Messi le deja la posibilidad de disparo a Neymar, que tiene mejor perfil desde esa ubicación. La clava en el ángulo. 4 a 1. Faltan dos goles.

Minuto 90. Segundo asterisco. Penal de Marquinhos a Luis Suárez. Polémico. Para casi todo el mundo no fue infracción de Marquinhos; arriba no hay falta sin embargo, abajo, con su pierna cruza a la de Suárez. Patea Neymar, no Messi. Gol. 5 a 1.

Queda un minuto más el tiempo que el árbitro dé como prórroga. Serán cinco los minutos adicionales.

Minuto 95: Ter Stegen que estaba en el área rival para tratar de convertir el gol de la hazaña, recupera una pelota que podía haber sido el segundo y definitivo del PSG recibe una falta en ¡campo francés! lejos del área rival pero no tanto como para impedir un ataque aéreo. Tira Neymar, despeje francés, le vuelve a caer la pelota en sus pies, hace unos movimientos electrizados y vuelve a tirar un centro al fondo, a la última línea de jugadores que esperaba en el área del PSG. Aparece Sergi Roberto, un joven de la Masía que es el centro de entrenamiento de las divisiones juveniles del club, otro orgullo catalán. Masía es también un tipo de vivienda medieval de Cataluña.
Gol de Barcelona. Decíamos que a Sergi Roberto sólo le queda acomodar el pie para desviar la trayectoria del balón pero de manera suficientemente delicada para que no enviarla a la tribuna. Viaja a la red. El arquero Trapp no puede desviar la trayectoria. Gol. Sí. Gol. Barcelona logra lo imposible. Vence 6 a 1 y gana la serie.

XIII

Desde la llegada de Guardiola, aunque con una muy buena base de Fran Rijkaard y con el legado de Cruyff siempre presente, el Barcelona se convirtió en el mejor equipo de la historia del fútbol. Por supuesto, el factor económico es decisivo; con el dinero se pueden comprar a los mejores jugadores. Pero cuando se inició este ciclo dorado, el club catalán contó con mayoría de jugadores surgidos de las divisiones inferiores del club: desde que eran muy chicos Piqué, Pedro, Puyol, Iniesta, Xavi, Busquets, Messi y tantos otros más que ahora no recuerdo, jugaron juntos. De manera solidaria, colectiva, donde la prioridad la tenía el equipo por sobre lo individual. Son cientos los goles que vimos a jugadores regalarse a otros que estaban mejor ubicados. Once jugadores con la premisa de ayudar al compañero y de ofrecerse para cuando él otro lo necesite. Además la técnica individual pero también la sabiduría colectiva.
Y la ideología, la convicción de creer en un plan que los contiene a todos.
Por esta solidaridad el Barcelona logró todo lo que ya sabemos, muchísimas copas y torneos.
Barcelona, el equipo de fútbol más anarquista de la historia.

Sergi Roberto convierte el sexto gol y la fiesta se despliega