viernes, 6 de julio de 2018

me gusta / no me gusta



me gusta despertarme temprano sin arrastrar cansancio ni sueño, caminar por el cordón de las veredas, viajar en transporte público pero sentado, que me salgan las fórmulas que necesito en el excel, andar en bicicleta en bajada, que me regalen libros, leer libros buenos, los domingos almorzar ravioles o tallarines, ir a pasear con mis hijas, desayunar en los cafés, jugar con mi perrita Luna, releer los libros que más me gustan, escuchar mis canciones en modo “repeat” a un volumen alto, no tener vergüenza de mis canciones preferidas, hacer coreografías aunque nunca me salga nada junto a mis hijas, andar en bicicleta con viento a favor, tener memoria en el disco rígido, sacar fotos con mi cámara de fotos (no con el teléfono), ir a la cancha a ver a Boca, ver los partidos de Boca por televisión cuando no puedo ir a la cancha, hacer tortas y budines los domingos, hacer y comer asado, roland barthes, ver bien utilizados los puntos suspensivos, que la ropa que me gusta me quede bien, los acolchados que no pican, los libros de juan josé saer, ulysses de james joyce, césar aira, martín kohan, ir al supermercado cuando está vacío, los alfajores santafecinos, los poemas y diarios de idea vilariño, lionel messi, ver los mundiales, comer con mis amigos en el bar, terminar de leer un buen libro, encontrar mails de la gente que quiero en mi bandeja de entrada, visitar librerías siempre, juan román riquelme, tener más de 200 pesos en la sube, las naranjas, los jugos de naranja exprimidos, oler libros nuevos -un placer incompresible para todos excepto los lectores-, sentarme en reposeras en las playas pero también en las plazas, las bolas de fraile con dulce de leche de la fabrica de churros ubicada en la calle olleros entre av. corrientes y av. forest, leer los diarios a la mañana, tener bolsas de residuos en mi tacho de la basura, leer biografías y autobiografías, leer diarios, leer al menos una vez por año un libro de más de 700 páginas, que no esté fría el agua de la pileta, ver todas las veces que quiera las películas que me gustan (la vida de los otros, por ej.), roger federer, las zapatillas con abrojos, las tazas con motivos (dibujos, escudos o nombres), ver el programa expedientes cuando ganó Boca, los poemas y el diario de alejandra pizarnik, los buzos adidas clásicos, jugar al ajedrez, juan forn, que me regalen, barrer y limpiar el piso, tener sifones de soda, tirar cosas viejas, pagar por internet porque parece más fácil y menos costoso, decir que no a la invitación a los lugares que no quiero ir, jugar a ser jurado de pizzerías, pizzería Guerrín, pizzería El cuartito, pizzería El fortín, el sonido de los bombos, la línea de colectivo 12, la perfección de la escritura en juan carlos onetti, andar en auto por la noche, tomar helado, rafa nadal, visitar librerías, las películas de almodóvar, tener guantes cuando hace frío, usar equipo de gimnasia, tener la batería del celular arriba del 80%, ir a la pileta (no de clubes sino de casas), tener siempre al menos una resma de papel, tener siempre tóner para la impresora, que la impresora imprima cada vez que "yo" la necesite, diego maradona -mi máximo ídolo-…

no me gusta estar ansioso, que me llamen por teléfono, sacar turno para hacer algún trámite, olvidarme las contraseñas, comer mal, andar en bicicleta en subida o con viento en contra, pagar facturas vencidas, los errores de ortografía, que me llamen del banco porque no pagué alguna cuenta, escuchar mi propia voz a través de algún tipo de grabación, que me llamen para ofrecerme “beneficios”, tener las medias húmedas cuando hace frío, que me sirvan medialunas viejas con el café con leche, decir “digo” muy seguido, encontrarme con una persona y no recordar su nombre, tardar en concentrarme cuando veo una obra de teatro, lo fría que es el agua del mar, que me agarre sueño cuando estoy lejos de mi casa, prestar libros, que no me devuelvan los libros prestados, viajar en subte en hora pico, leer reseñas en las que hacen pasar por buenos a los libros que en realidad no lo son (no hablo de gusto, sino de lo que son sencillamente “malos”), que me pregunten cuando estoy leyendo “¿por qué no salís a hacer algo?”, levantarme a buscar el control remoto, que me llame una cinta con la voz de las autoridades de la ciudad donde vivo o del club del cual son hincha, lavar los platos, mentir, que crean que no hago nada cuando estoy leyendo, que la impresora no imprima, lavarme las manos con agua fría, tener ganas de hacer pis y tener que pedir permiso en un bar para usar el baño, no encontrar lugar estacionar, que se tilde el teléfono, llamar a servicio de atención al cliente de cualquier empresa de servicios, armar rompecabezas, las galletitas húmedas, dejar las hornallas o la cocina sucia, que me digan “¿cómo hacés para leer tanto”, obligándome a aclarar que cuando no trabajo, o hago las cosas de la casa o no juego con mis hijas, leo, tener los billetes desordenados, usar camisas, el plebeyismo, entrar a un negocio y que inmediatamente me pregunten en qué me pueden ayudar, la vanidad, el fetichismo (de la que yo también soy participo), no conseguir los tomo I y II de la poesía completa de juarroz, no conseguir la distinción de pierre bourdieu, no conseguir la cultura popular en la edad media y en el renacimiento de bajtín , las grúas que te llevan el auto a la playa de infractores (aunque nunca me haya pasado)…

«Me gusta, no me gusta: es algo que no le importa a nadie; aparentemente no tiene se sentido. Y sin embargo todo eso quiere decir: mi cuerpo no es igual al de usted». Roland Barthes por Roland Barthes, Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2018.