martes, 31 de enero de 2017

Selva Almada: "Los lectores y los libros"

Selva Almada (Fotografía: Vale Fiorini)

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

No sé, empecé unos cuantos y logré terminar pocos. Pero en general ese es mi ritmo de lectura: arrancar con mucho entusiasmo y desengancharme a las pocas páginas. Por suerte no comparto el mandato de que a los libros hay que terminarlos sí o sí. Incluso puedo dejar libros que me encantan y retomarlos años después.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Me gustaron mucho Los enfermos, de Natalia Rozenblum y Australia, de Santiago La Rosa, son primeras novelas muy buenas. Y escritoras que admiro como María Moreno y Estela Figueroa, el Black out de una y El hada que no invitaron, de la otra, creo que fueron los acontecimientos literarios del 2016 que, por suerte, seguirán irradiando por muchísimos años. Sueños de trenes, de Denis Johnson (autor que no conocía) y Las carnes se asan al aire libre, de Oscar Taborda.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Ahora mismo creo que mis autoras favoritas son Liliana Colanzi y Elena Anníbali. Las dos son muy genias.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Ah, no, no voy a responder esta pregunta. Son de esas preguntas típicas que me sacan ampollas.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

Esta está relacionada con la anterior. Hay muchos clásicos que no leí, pero que no me juro leer. No creo que haya libros que “hay que leer”. No me siento en deuda con un autor si no lo leo.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

Un título en particular ahora no se me ocurre (soy un opio de entrevistada, sí), pero puedo responder con un autor. Me encanta Zama, pero los cuentos de Di Benedetto no me interesaron, por ejemplo.


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Selva Almada (Entre Ríos) es la autora de El desapego es una manera de querernos (2015), Chicas muertas (2014), Ladrilleros (2013), El viento que arrasa (2012), entre otros. Su obra está traducida al francés, alemán, portugués, sueco, holandés y turco.










lunes, 30 de enero de 2017

Pablo Méndez: "Los lectores y los libros"

Pablo Méndez, director de la web de reseñas "Solo tempestad"

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

Si tengo en cuenta los que leí para reseñar (dieciocho libros) y los que leí fuera de cualquier obligación profesional, más o menos, treinta libros en total.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Voy a obviar a libros que de antemano se sabía que iban a causar repercusión (el de Mariana Enriquez o el de María Moreno) o el boom de “Stoner”. Voy a elegir a aquellos que me impactaron y que estuvieron fuera de los grandes suplementos literarios o de manera solapada. “El Río” de Débora Mundani que sin quererlo está formando una posible e inconsciente  trilogía perfecta (para que esto suceda tenemos que esperar a su próxima novela); “Como si existiese el perdón” de Mariana Travacio que desplegó una poética sutil y bella en una historia llena de hombres donde la fuerza y el carácter son los protagonistas (no puedo sacarme de la cabeza la bella metáfora “la lluvia caía lacia”, hasta podría hacerme una remera con esa oración); “Dispersión” de Juan Rapacioli: Juan es un poeta de la vieja guardia a pesar de ser muy joven, construye los poemas con una impronta clásica a los que impregna de una mirada muy aguda; “New Pompei” de Horacio Convertini que si bien es del 2015 lo leí este año, un libro que rompe estereotipos en la novela negra, sería un guión ideal para una película de Gus Van Sant; “Mil galletitas” de Diego Tomasi: es recurrente leer o escuchar “este libro es hermoso” cuando terminamos un libro que nos gustó , y no siempre es el mejor calificativo para expresar nuestra satisfacción como lectores, pero “Mil galletitas” sin dudas debería estar en lo más alto de un ranking de libros bellos; “Interestatal” de Stephen Dixon, un verdadero desconocido en nuestras pampas hasta que Eterna Cadencia comenzó a editarlo en el país, para definirlo se me ocurre una metáfora futbolera: todos escriben bien, Dixon hace algo distinto, es el jugador que mete un pase gol de caño al estilo Bochini; y “La intimidad inofensiva” de Tamara Kamenszain: un libro indispensable que analiza la poesía y la narrativa actual a partir de los límites que borra el YO a partir de las operatorias narrativas en las redes sociales, lo que comúnmente se llama “literatura del yo” que creo debería diferenciarse de la literatura en primera persona, que es otra cosa.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Difícil. Son tantos. Va una lista más emocional que racional, bien caótica: Bolaño porque construye universos dentro de universos, Capote porque tiene uno de los mejores comienzos de la literatura, Mailer, Walsh, Salvador Benesdra porque escribió uno de los dos mejores libros de los últimos veinticinco años, Jorge Barón Biza porque escribió el otro mejor libro de los últimos veinticinco años, Osvaldo Lamborghini, Robert Walser, John Fante, Jorge Di Paola, Héctor Libertella.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Voy a nombrar diez libros de autores nacionales y actuales. Ya todos sabemos que hay que leer a Shakespeare, El Quijote, Kafka, Borges, Fogwill o Laiseca.

Protocolos naturales, de Yamila Bêgné
Me verás volver, de Celso Lunghi
Batán, de Debora Mundani
Mi libro enterrado, de Mauro Libertella
Hotaru, de Martín Sancia
La ira del curupí, de Diego Meret
Placebo, de José María Brindisi
Opendoor, de Iosi Havilio
La virgen Cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara
Glaxo, de Hernán Ronsino.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

“La Montaña Mágica”, de Thomas Mann. Siempre hay algún motivo superficial para que no la comience. Sea una nueva serie de Netflix o buscar videos perdidos de Radiohead en Youtube.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

Ulises, de James Joyce. Para mí, la vanguardia comenzó con Felisberto Hernández. Es muy difícil abordar un libro que pretende crear un mapa total de una cabeza de una generación tan lejana. Hoy la vanguardia es un libro bien escrito de cien páginas, si es de una editorial independiente, mejor.

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Pablo Méndez estudió de todo: periodismo, letras, cine y música. Docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación (UBA) e investigador del Instituto Gino Germani. Dicta talleres de escritura, de Periodismo especializado en música rock y un Seminario de rock y literatura. Trabajó en medios audiovisuales, en Radio América como columnista de rock en el programa “Acaricia mi ensueño” y de literatura en el programa “América No Duerme”, y escribió en Ultrabrit, Artezeta, Ruleta China, Revista Aglaura y Revista Loop. Participó en la Antología "Sangre Fría", Colección Pelos de Punta de cuentos de terror. Organiza el ciclo de lectura "Poesía a la Parrilla" en la librería y editorial Notanpüan. Es director de la web de reseñas de libros Solo Tempestad








sábado, 28 de enero de 2017

María Fernanda Pampín: "Los lectores y los libros"

María Fernanda Pampín, editora en Corregidor

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

Primera disculpa: hablo y escribo mucho. No contabilicé los libros del año, pero fue una cantidad importante. Aquí incluyo narrativa, pero también ensayos y debería entrar la crítica literaria (en este caso, más fragmentaria). Va una confesión: tengo una doble personalidad y divido mi vida entre la academia y el mundo editorial. Así que habrá que distinguir entre los libros que leo por trabajo de los que elijo leer simplemente por placer (esto me los compro o son lecturas recomendados por amigos). 

Para eso tengo tiempos diferentes: los que elijo los leo preferentemente en viajes o a la mañana temprano, en el desayuno, que es el momento en que más me gusta leer y suelen ser novelas. Este año gané mucho tiempo de lecturas de placer. Me doctoré en febrero de 2016 y, de algún modo, eso me liberó para poder incluir nuevas lecturas que no estaban relacionadas con la tesis. Durante años traté (a veces infructuosamente) de evitar libros que no se relacionaran de algún modo con los proyectos de investigación y esto me ataba mucho. Siento que fue un antes y un después. Ahora me siento mucho más libre para elegir un libro y disfruto más de la lectura.

Entre las lecturas del año existen, también, muchos libros que no fueron publicados. Leí una enorme cantidad de originales, que no siempre valen la pena, pero estoy aprendiendo, y entonces, si no me gusta el modo en que se desarrolla en las primeras 50 páginas decido abandonarlos. Un libro que no me logra convencer en el inicio ya no lo puedo seguir leyendo. Esto es algo muy nuevo para mí, y creo que estoy aprendiendo con el tiempo, antes me sentía infinitamente culpable si no finalizaba un libro pero ahora pienso que hay demasiados libros buenos para leer como para perder tiempo con uno que no nos guste nada. Entre los manuscritos, hay también otro tipo de libros, son aquellos en que no conocía al autor y de pronto me encuentro con un libro fantástico y lo devoro de una sentada. Es cuando surge ese hallazgo de algo nuevo que podías esperar o no (no siempre tenemos las mismas expectativas frente a un libro) pero esa posibilidad oculta es la que que me permite leer todos los libros que no me gustan solo para poder hallar otro que me conceda uno de esos momentos. Y ahí es cuando se puede decir: quiero que este libro también lo puedan disfrutar otros lectores.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Algunas de las lecturas del año son novedades, pero diría que, en la balanza, ganaron algunos libros publicados en años anteriores. Esto es por diferentes razones, porque los releí, porque no tuve tiempo de leerlos antes, porque se reeditan y trabajo en la nueva edición, etc.
Me gustó mucho No hay risas en el cielo de Ariel Urquiza (y este es uno de esos libros que me sorprendió y de los que hablaba hace un momento). Lo mismo me pasó con El río de Débora Mundani (que leí inicialmente el año anterior, pero digamos que vale porque se publicó este año), Sentada en su verde limón de Marcial Gala (que se publicará muy pero muy pronto en Archipiélago Caribe), Manual práctico del odio de Ferréz con el que estuve trabajando para la nueva edición. Por supuesto, Intemperie de Eduardo Lalo (la segunda parte del libro sobre el cuerpo, la tinta y la escritura me conmueve al recordarlo). Y aquí van las segundas disculpas, son muchos libros de Corregidor, pero resulta inevitable recordarlos.

También me gustaron muchísimo Mundo cruel de Luis Negrón, Archipiélagos de Abilio Estévez, La maravillosa vida breve de Óscar Wao de Junot Díaz, que tiene sus años pero lo leí ahora y lo disfruté tanto que no lo quería terminar. Es mi selección caribeña que leí este año. Y no puedo dejar de nombrar a La catedral de los negros de Marcial Gala (sí, otra vez), que me llevó a escribir un artículo sobre la novela. Voy a incluir una trampa, son los Diarios de José Martí, que releo cada año y que los incluyo solo por si puedo lograr que alguien lea esta entrevista y los lea si no los leyó todavía (como decía Lezama Lima, la mejor poesía de Martí está ahí y nadie se los debería perder). Por último, no soy una gran lectora de poesía contemporánea pero quiero ir aprendiendo. Me gustaron mucho el libro de la poeta tucumana Denise León Poemas de Middlebury y Cuerpo nuestro de Áurea María Sotomayor (puertorriqueña). Dos mujeres que conocía en su faceta de críticas y en sus libros encontré a enormes poetas.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Es una pregunta difícil pero incluyo a José Martí (no me juzguen de anacrónica, hice la tesis sobre su obra y me parece que tiene una vigencia cada vez mayor),  Walt Whitman, Juan Calos Onetti, Reinaldo Arenas, Juan Rulfo, Ricardo Piglia, Abilio Estévez, Clarice Lispector, Mauricio Rosencof, Juan José Saer, Macedonio Fernández. Seguramente me olvidé de muchos y los quiera agregar en un rato.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

El orden es aleatorio y aunque no quiero caigo en muchos clásicos. De todos modos esta lista creo que la puedo cambiar a cada hora y depende del lector a quién se lo deba recomendar. Incluiría más latinoamericanos, pero los europeos que agrego son tres libros que nos permiten entender todo lo que vino después y por eso es importante leerlos y uno que recuerdo haber leído con mucho entusiasmo:

Diarios de José Martí
Leaves of Grass Walt Whitman
Pedro Páramo de Juan Rulfo
El llano en llamas de Juan Rulfo
La hora de la estrella de Clarice Lispector
Altazor de Vicente Huidobro (El “Canto II” puede que sea el poema que más me guste)
Las flores del mal de Baudelaire
Ulises de James Joyce
De profundis de Oscar Wilde
Las ciudades invisibles de Ítalo Calvino


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

Voy a decir dos, pero hay más. Lo rojo y lo negro de Stendhal y La guerra y la paz de Tolstoi.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

La Eneida, de Virgilio, creo que todavía era muy joven y me faltaban muchas lecturas. ¿Debería reintentarlo?


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María Fernanda Pampín es Doctora en Letras (UBA) y becaria postdoctoral del Conicet. Publicó la antología de José Martí Poemas selectos (Corregidor, 2009), el volumen de ensayos Martí: Modernidad y latinoamericanismo de Ángel Rama (Biblioteca Ayacucho, 2015) y compiló el libro Literaturas caribeñas: Debates, reescrituras y tradiciones, junto a Guadalupe Silva (Filo-Universidad de Buenos Aires (2015). Como editora, dirige las colecciones Archipiélago Caribe y codirige Narrativas al Sur del Río Bravo y Puentes de Papel (infantil).








viernes, 27 de enero de 2017

Alejandra López: "Los lectores y los libros"

Alejandra López (fotógrafa)

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste durante 2016?

Poquísimos, debo haber leído diez u doce como mucho. Mal año en ese sentido ...


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

"Sumisión", de Michel Houellebecq; "Carroza y reina", de Isidoro Blaisten (en una reedición hermosa de Milbotellas); una biografía de Philip Dick de Emmanuel Carrère "Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos"; "La tempestad", en la traducción de Marcelo Cohen y Graciela Speranza, que disfruté mucho. También "Zona de Obras", de Leila Guerriero y "Nada se opone a la noche", de Delphine de Vigan. ¡Ahora me doy cuenta de que no leí novedades del año!


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Tengo muchos, por supuesto. De los clásicos, mi preferido absoluto es Manuel Puig, leí todo y me fascina. Raymond Carver también. Además, soy devota de Houellebecq, me conmueve, me parte la cabeza. Siempre estoy esperando como una fan la nueva novela.... Y también Emmanuel Carrère. Pero hay montones de autores que me gustan muchísimo; creo que no podría hacer una lista.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Uy, no, no me animaría a prescribir algo así. No soy entendida para nada y no sé qué debería leer la gente! Sí puedo pensar en una lista de libros que fueron centrales en mi vida y que suelo regalar o recomendar.... (listado que seguramente querré luego corregir o enmendar una vez que haya enviado este correo ...)

El fin de lo mismo, de Marcelo Cohen

Morirás lejos, de José Emilio Pacheco

Viaje al fin de la noche, de Ferdinand Céline

Plataforma y Las partículas elementales, de Michel Houellebecq

La traición de Rita Hayworth, de Manuel Puig

De vidas ajenas, de Emmanuel Carrère

Nueve cuentos, de J. D. Salinger

Para una tumba sin nombre, de J.C. Onetti

Luz de agosto, de William Faulkner

Cualquier libro de Carver

Rayuela, de Julio Cortázar

El pasado, de Alan Pauls

Obra poética completa, de César Vallejo (en la increíble edición de Biblioteca Ayacucho si fuera posible), y algunas novelas del "boom", que ahora creo que han caído en descrédito pero me parecen bellísimas, como La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes o El lugar sin límites, de José Donoso.

Bueno, me recontra pasé de los diez.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

¡¡¡Montones!!! desde La Divina Comedia hasta La guerra y la paz. Pero también tengo cientos de libros que no son clásicos y también me juro leer algún día... Tengo pilas de pendientes.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó? 

Se me ocurre pensar en un autor y no en un libro. Me pasa con Saer, que es extraordinario pero con cuya literatura no logro conectar.... Me maravilla lo que hace pero en un nivel puramente intelectual, sin conexión real, hay algo de su literatura que me enfría, donde no "engancho" a nivel emocional, no hay caso, y me da una pena infinita.


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Alejandra López es fotógrafa. Nació y vive en Buenos Aires. Hizo casi toda la carrera de LetrasTraductorado de Francés antes de dedicarse a la fotografía. Empezó a trabajar profesionalmente en 1990, en la revista El Porteño. Luego siguió en Claudia, Panorama,y Elle.
Desde marzo de 1994 hasta junio del 2007 fue fotógrafa de staff de la revista Viva del diario Clarín.
Desde esa fecha hasta julio del 2009 trabajó como Editora de Fotografía de la revista de moda Shop&Cia del mismo grupo.
Actualmente se desempeña en forma independiente en el ámbito del retrato y la moda.
Colabora con revista Bacanal y Harper’s Bazaar entre otras.
Además continúa realizando desde hace varios años fotos de autor para editoriales de libros, como Penguin Random House y Planeta.

http://alejandralopez.com.ar/

Escritores bajo la mirada de Alejandra López (Samanta Schweblin, Juan Forn, Carlos Busqued, Alberto Laiseca, Martín Kohan, Guillermo Saccommano, María Moreno, Diana Bellessi, Hebe Uhart, Marcelo Cohen, Ricardo Piglia, Abelardo Castillo, Alan Pauls, Gabriela Cabezón Cámara, Rodolfo Fogwill, Sergio Bizzio, Guerriero y Carlos Feiling)





miércoles, 25 de enero de 2017

Ricardo Strafacce: "Los lectores y los libros"

Ricardo Strafacce (Fotografía: Lola García Garrido)

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año 2016?

Cincuenta calculo, uno por semana.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

"Black out" de María Moreno, "Zona Saer" de Beatriz Sarlo, "Sobre el arte contemporáneo seguido de en La Habana" de César Aira, "Elogio de la pérdida y otras presentaciones" de Ariel Idez, "Poesía estatal" (inédito), de Osvaldo Baigorria.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Kafka, Gombrowicz, Aira, Osvaldo Lamborghini, Borges.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Kafka: "El proceso" y "El castillo", Gombrowicz: "Ferdydurke" y "Transatlántico", Borges: "Ficciones", "El Aleph", "Otras inquisiciones", Flaubert: "Bouvard y Pécuchet", Osvaldo Lamborghini: "Novelas y cuentos", "Tadeys". Aira: todos.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

"La montaña mágica", de Thomas Mann.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

"Facundo".


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Ricardo Strafacce nació en Buenos Aires en 1958. Publicó Osvaldo Lamborghini, una biografía (Mansalva, 2008) y las novelas El crimen de la Negra Reguera (Beatriz Viterbo, 1999), La banda del Dr. Mandrile contra los corazones solitarios (Beatriz Viterbo 2006), La boliviana (Mansalva, 2008), La transformación de Rosendo (Mansalva, 2009), Carlutti y Pareja (Mansalva, 2010), Crímenes perfectos (Mansalva, 2011), El Parnaso Argentino (La calabaza del diablo, 2012), Frío de Rusia (Blatt & Ríos, 2013), La novelita triste de Osvaldo Lamborghini (Milena Caserola, 2013), Gerardo y Mercedes (Wu Wei, 2013), La conversación (La propia cartonera, 2014) y Ojo por diente seguida de El chino que leía el diario en la fila del patíbulo (Blatt & Ríos, 2014).  En poesía, Bula de lomo (Spiral Jetty, 2011), De los boludos no tenemos la culpa (Pánico el pánico, 2012) y Pelo de Cabra (Mansalva, 2015). Teatro: La editorial (Libreto 2014) Tuvo a su cargo la antología Nuestro iglú en el Ártico, relatos escogidos de Mario Levrero (Criatura Editora, 2012). 
En 2014 recibió el Premio Konex y en 2016 el Premio Municipal de Literatura. Fue traducido al francés y al hebreo.








viernes, 20 de enero de 2017

Lucía De Leone: "Los lectores y los libros"

Lucía Leone,doctora en Letras (UBA),
docente e investigadora
(Conicet).

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

Contando los que leí por trabajo y por placer habrán sido unos veinte. También leí cuentos sueltos, crónicas, capítulos de libro.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Adoré un libro que se llama Algodoneros. Tres familias de arrendatarios, de James Agee (con fotografías de Walkers Evans), que conocí este año a través de una lectura de un ensayo de Jacques Rancière.
Si te referís a libros publicados en 2016, creo que los diarios de Ricardo Piglia.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Me remito sólo al contexto argentino- latinoamericano: Sara Gallardo, Silvina Ocampo, Clarice Lispector, Roberto Arlt, Manuel Puig, Borges, y me estoy olvidando de muchos más.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Qué pregunta difícil. No sabría responderla, y no suelo recomendar libros. Pero puedo listar algunos que me produjeron a mí muchas sensaciones:

Facundo 
Una excursión a los indios Ranqueles 
La traición de Rita Hayworth
Las penas del joven Werther
Fragmentos de un discurso amoroso
Glosa
El corazón de las tinieblas
El género en disputa
Madame Bovary
La risa de la Medusa


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

Me da vergüenza no haber leído Ana Karenina. Empecé varias veces y lo dejé porque se me imponían otras lecturas. Pero, volveremos.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

La cartuja de Parma. Ya había leído otras cosas de Stendhal y me aburrió. Quizá era la edición, que traía  toda letra diminuta o yo estaría saturada de beylismo*. A veces pasa eso, uno deja un libro porque materialmente es incómodo. ¿Hice mal?



* de Henri Beyle, el verdadero nombre de Stendhal.


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Lucía De Leone es doctora en Letras (UBA), docente e investigadora del CONICET. Es coeditora del libro Escrito en el viento. Lecturas sobre Sara Gallardo (Buenos Aires, FFyL, UBA, 2013), y preparó y prologó la edición de Almafuerte y El libro humilde y doliente de Salvadora Medina Onrubia (Córdoba, Buena Vista, 2014). Prologó y curó la edición del libro de Sara Gallardo, Macaneos. Las columnas de Confirmado (1967-1972) (Buenos Aires, Ediciones Winograd, 2015).




miércoles, 18 de enero de 2017

Micaela Sabadin: "Los lectores y los libros"

Micaela Sabadin, librera y periodista literaria en Mar del Plata 

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

Aproximadamente fueron treinta.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Todos los de Samantha Schweblin; Mariana Enriquez, Sergio Olguín, “Las chicas” de Emma Cline, “Tácticas de superación personal” de Francisco Moulia y “Teoría general del olvido” de Eduardo Agalusa.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

No tengo autores preferidos pero repetiría a Schweblin y Enriquez. Fueron las únicas autoras que leí toda sus obra; nunca me funciona o me gusta repetir autores, quién sabe por qué.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Diez libros que hay que leer sí o sí, me parece un montón. Pero diría algunos como “Distancia de rescate”, “Anna”, “La fragilidad de los cuerpos”, “La delicadeza”, “La abuela civil española”, “Hasta que puedas quererte solo” de Pablo Ramos, y “Teoría general del olvido”. Además, como soy periodista y me encanta la crónica, cualquiera de Rodolfo Walsh y Cristian Alarcón. “Contra el cambio” y “Amor y anarquía” de Martín Caparrós.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y te jurás leer algún día?

Esta está relacionada con la anterior. Hay muchos clásicos que no leí, pero que no me juro leer. No creo que haya libros que “hay que leer”. No me siento en deuda con un autor si no lo leo.


¿Cuál es el libro considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

No podría decirte ninguno en especial. Por supuesto y como les pasa a casi todos, yo también agarro libros 'consagrados' que dejo de leer pero eso no implica que sean malos. Tal vez no era mi momento para leer a determinado autor. Por este motivo, no quiero ser definitiva con ningún nombre propio.


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Micaela Sabadin es librera y periodista.
Trabaja en Libros de la Arena (Mar del Plata).
Como periodista, comenta libros en Radio Continental filial Mar del Plata, y en Canal 10 (de la misma ciudad) lleva adelante un micro semanal, también de literatura.




martes, 17 de enero de 2017

Patricio Pron: Los lectores y los libros

Patricio Pron (Fotografía: Silvina Salinas)

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

En realidad, no suelo llevar la cuenta: dos o tres a la semana, creo; a veces un poco más.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

En 2016 lo que más me interesó fue escrito por mujeres: Lucia Berlin, Robin Myers, Cristina Rivera Garza, Sara Gallardo, Lorrie Moore, Edith Pearlman; la lista sigue.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Muchos, una centena que varía con el día y con las circunstancias.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

No creo que “haya que leer” nada; la literatura es una especie de bosque inmenso, y una de las cosas más maravillosas de él es que cada uno de nosotros puede recorrer ese bosque como lo desee, sin ceñirse a los recorridos establecidos.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

¿”Paradiso” de José Lezama Lima es un libro “clásico”? (Me derrota cada vez que intento leerlo.)


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

Muchos; no me interesan los cánones, excepto los que uno mismo conforma, con cierto sentido del juego y a sabiendas de que no valen mucho más, pero tampoco menos, que los que formulan la academia o el mercado.


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Patricio Pron (Argentina, 1975) es autor de los volúmenes de relatos Hombres infames (1999), El vuelo magnífico de la noche (2001), El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan (2010), Trayéndolo todo de regreso a casa. Relatos 1990-2010 (2011) y La vida interior de las plantas de interior (2013), así como de las novelas Formas de morir (1998), Nadadores muertos (2001), Una puta mierda (2007), El comienzo de la primavera (2008), ganadora del Premio Jaén de Novela y distinguida por la Fundación José Manuel Lara como una de las cinco mejores obras publicadas en España ese año, El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia (2011), que ha sido traducida al noruego, francés, italiano, inglés, neerlandés, alemán y chino, Nosotros caminamos en sueños (2014) y No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles (2016). Su trabajo ha sido premiado en numerosas ocasiones, entre otros con el premio Juan Rulfo de Relato 2004, y antologado en Argentina, España, Alemania, Estados Unidos, Colombia, Japón y Cuba. Sus relatos han aparecido en publicaciones como The Paris Review, A Public Space y Zoetrope (Estados Unidos), die horen (Alemania), Etiqueta Negra (Perú), Il Manifesto (Italia) y Eñe (España). En 2010 la revista inglesa Granta lo escogió como uno de los veintidós mejores escritores jóvenes en español del momento. Pron es doctor en filología románica por la Universidad «Georg-August» de Göttingen (Alemania). En la actualidad vive en Madrid.





jueves, 12 de enero de 2017

"El adversario", Emmanuel Carrère


I

Si este relato fuera pura ficción, en el sentido más común del término -una historia surgida exclusivamente a partir de la imaginación de su autor-, es muy probable que la definiéramos no sólo como una historia desmesurada, sino también inverosímil. Pero “El adversario” de Emmanuel Carrère, es una historia basada en hechos reales.


II

El 9 de enero de 1993 Jean-Claude Romand asesinó a traición y en su casa a su esposa (a golpes en la cabeza), y a sus dos hijos de 5 y 9 años respectivamente, con disparos de carabina. Luego, salió a comprar el diario, y un rato después se dirigió a casa de sus padres para almorzar con ellos. Antes limpió la carabina para llevársela a su padre. Después de comer, con la excusa de ayudarle en una tarea doméstica, le disparó dos veces por la espalda y cuando bajó, hizo lo mismo con su madre. Ni siquiera el perro de la casa –el suyo-, se salvó de esta masacre.

A continuación, tapó a sus padres con los acolchados (había hecho lo mismo con su mujer y sus hijos), y en su auto, pasó a buscar a su amante que sólo por la inesperada zozobra de Romand, salvó su vida de milagro.

Por la noche, Romand volvió a su casa y mientras miraba cintas de VHS en el televisor, tomó varios barbitúricos y prendió fuego la casa, con él adentro. El suicidio era lo único que le faltaba cometer. Pero tras permanecer varios días en coma, Romand sobrevivió.


III

Como cuenta en la primera página del libro, ese mismo día Emmanuel Carrère y su familia asistía a una reunión pedagógica mientras Romand asesinaba a los suyos. Al enterarse de estos hechos, decidió investigar cómo es que pudo ocurrir semejante tragedia. Como resultado de ello, escribe “El adversario”.


IV

¿Quién es Jean-Claude Romand?

Antes de los crímenes, Jean-Claude Romand era un hombre de prestigio: un médico investigador en la Organización Mundial de la Salud (OMS); un marido ejemplar, que en épocas de universidad estudiaba hasta las materias de su esposa para que ella se graduara en Farmacia; un excelente amigo, que ofrecía la palabra justa para el que necesitara amarras y no echara a perder la cordura por trivialidades; un buen hijo, que estaba presente con sus padres; un hombre adorado por sus suegros, a tal punto de manejar el dinero del retiro del padre de su mujer; un gran papá, que se ocupaba hasta de cuestiones cotidianas en la escuela a la que asistían sus dos hijos. Además de todo esto, su discreción, su bajo perfil y su austeridad eran marcas distintivas de la personalidad de Romand.


V

Pero todo esto estaba anclado en la mentira. Una mentira inicial que se ramificó en una suma infinita de otras mentiras y ocultamientos, de las que Romand haría cualquier cosa para impedir que se revelen. Y si no pudiera detener las verdades venidas en avalancha, Romand se ocuparía de que al menos sus padres, su mujer y sus hijos, no las conocieran jamás.


VI

La mentira tiene un poder muy fuerte. Mal que pueda parecer, bien hecha puede darle muy buenos resultados a quien la utilice, cualquiera sea el ámbito en el que se la practique. El conflicto está en qué a la mejor mentira, siempre se le opone la verdad. Y el mentiroso deberá lidiar con ella todo el tiempo.

En la mentira, el tiempo juega un papel crucial: en algunos casos puede hacer olvidarla, diluirla paulatinamente. Sería la única ocasión en la que pueda tener un final favorable. Si se diera así, sería porque dicha mentira era irrelevante.

En otras circunstancias, el tiempo puede complicar al mentiroso si es que a su paso, se va olvidando de lo que dijo. En el momento menos pensado (o previsto) porque a veces el pensamiento no reacciona a tiempo, vaya paradoja, puede quedar en evidencia.

Otro problema que vincula a la mentira y el tiempo es que cuánto más se extienda el engaño, más le exige al sujeto estar atento a los detalles que la involucra. Lo insta a un control desaforado de la situación para “respetar” la continuidad de ese mundo paralelo y verosímil que se fue creando, de tener bajo control ese desfasaje producido entre el mundo real y el mundo “inventado”.


VII

Lo trágico de “El adversario” es que la primera mentira de Jean-Claude Romand, la piedra en la que se construyó todo esta arquitectura de falsedades, aislada de todas las demás que le siguieron, era una nimiedad: tan sólo dijo que había aprobado un examen cuando ni siquiera se había presentado a rendirlo. De ahí en más, el castillo de naipes que cada vez se hacía más alto pero a su vez, se volvía más frágil.


VIII

Difícilmente podamos encontrar un libro tan perturbador en estos últimos años como “El adversario”. Si bien la raza humana ha dado pruebas, y de manera constante, de las crueldades y perversiones que puede provocarle a sus semejantes, conocer el destino trágico de la familia Romand no deja de causar asombro y estupor.









martes, 10 de enero de 2017

Cristian Godoy: "Los lectores y los libros"

Cristian Godoy, autor del libro "Ruidos molestos".

Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

No llevo la cuenta, y soy pésimo estimando cantidades, pero normalmente leo a razón de dos libros por semana. Suelo leer varias cosas a la vez.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Algunos ya tienen sus años, pero los leí por primera vez en el 2016: “Manual para mujeres de la limpieza” de Lucia Berlin, “Antes que anochezca” de Reinaldo Arenas, “Un cementerio perfecto” de Federico Falco, “Interestatal” de Stephen Dixon, “Las esferas invisibles” de Diego Muzzio.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Manuel Puig, Antonio Di Benedetto, Flannery O’Connor, Truman Capote, Raymond Carver, Natalia Guinzburg, Fabio Morábito, Hebe Uhart, Alejandro Zambra, Sylvia Molloy.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Voy a responder de manera un poco desobediente y desprolija, con los primeros diez libros que me hayan fascinado y se me vengan ahora a la cabeza. No sé si todos deberíamos leerlos, pero son libros que me gusta regalar y recomendar:

"Cuentos completos", de Flannery O’Connor.
“Fahrenheit 451”, de Ray Bradbury.
“El corazón es un cazador solitario”, de Carson McCullers.
“Santa Evita”, de Tomás Eloy Martínez.
“El beso de la mujer araña”, de Manuel Puig.
“El desierto y su semilla”, de Jorge Barón Biza.
“Middlesex”, de Jeffrey Eugenides.
“A sangre fría”, de Truman Capote.
“Zama”, de Antonio Di Benedetto.
“La metamorfosis”, de Franz Kafka.
“1984”, de George Orwell.

Al final fueron once.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

Prácticamente no leí ningún clásico, tengo una deuda imposible de saldar. Sí leí el Quijote por elección propia y lo haría de nuevo.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

Intenté con alguno de los tomos de “En busca del tiempo perdido” de Proust, creo que el quinto, y tuve que abandonarlo antes de la mitad.


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Cristian Godoy (Ciudad de Buenos Aires, 1983). Publicó los libros de cuentos Galletitas importadas (Pánico el Pánico, 2011), Santa Rita (Exposición de la Actual Narrativa Rioplatense, 2014), y Ruidos molestos (Conejos, 2016). Sus cuentos también han sido publicados en revistas literarias y antologías; incluyendo la revista Punto de partida (Universidad Nacional Autónoma de México, 2014), en un número dedicado a cuentistas argentinos menores de 40 años. Su primera novela, Campeón, obtuvo en 2011 el primer lugar en el Premio Municipalidad de San Salvador de Jujuy.





lunes, 9 de enero de 2017

Alejandra Laurencich: "Los lectores y los libros"



Alejandra Laurencich (Fotografía: Marcelo Pedroza)
Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

No lo sé, no llevo la cuenta. Hay muchos libros que he leído en unas horas, una noche, hay muchísimos otros que he leído en uno o dos días, buena parte en tres o cuatro. Y hay algunos pocos que me han llevado más tiempo, porque los leí intercalados a los que tenía entre manos, suelo hacer esto de leer de a dos o tres libros a la vez. Sin contar, claro, los libros de los autores que supervisé en el año, algunos sensacionales. Resumiendo, si hago un promedio de 2 por semana, daría algo así como unos 120 libros anuales. La lectura es un continuo en mi vida, mi mesa de luz tiene ahora, exactamente 32 libros (acabo de ir a contarlos). Y en otra mesita esperan otros cuarenta, los que menos me atraen de los que van llegando, y así, todo el tiempo. El asunto de ser directora de una revista literaria me ha dado esta bendición y esta desventaja: hace años que prácticamente no elijo autor o libro fuera de catálogo, leo lo que va llegando a casa, las novedades que me envían las editoriales o los autores.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Tantos, siempre creo que es muy arbitrario esto de ponerlos una lista, pero bueno, los preferidos, a ver: creo que arranqué enero de 2016 leyendo a Srecko Kosovel, un poeta esloveno fabuloso, que yo desconocía, el libro se llama Integrales. Y luego recuerdo haber leído El cielo de los animales, de David Poissant, recuerdo Viernes, de Juan Forn, y Francamente, Frank, de Richard Ford, Un mal nombre, de Elena Ferrante (el segundo libro de la saga Dos amigas por el que luego leí los tres restantes), un autor griego que publicamos en La balandra: Evgenio Aranitsis, su cuento “Sobre los niños que abandonan la vida presente” es una joyita que recomiendo, y cuántos más estupendos libros o textos que ahora se me escapan. Teoría general del olvido, de Agualusa, traducido por Claudia Solans, me encantó; y hace poquito el libro de Esther Cross: Tres hermanos; el de Ariel Urquiza, No hay risas en el cieloCuentos reunidos de Liliana Heker, y ahora mismo uno que me está gustando tantísimo: El gigante enterrado, de Kazuo Ishiguro, esos podrían ser mis preferidos. Tendría que llevar una lista, me es difícil acordarme de todos los que me gustaron, pero sé que hubo muchos. Algunos me gustaron en parte, y por ejemplo, se me cayeron en el final, a esos no voy a mencionarlos, pero también me trajeron suficiente disfrute de lectura en los mejores pasajes.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Sebald, Proust, Arundhaty Roy, Kazuo Ishiguro, Salinger, Laura Restrepo, Richard Ford, Amelie Nothomb, David Lodge, Loorrie Moore, Annie Ernaux, Paula Fox, los nacionales Abelardo Castillo, Pedro Mairal, Esther Cross, Ronsino, Mariana Enríquez, y la lista puede ser eterna.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

¡Las olas del mundo! No, fuera de broma: el deber asociado a la lectura me resulta sospechoso, nadie “debe” leer nada si no es por gusto y búsqueda propios, pero yo puedo mencionar lecturas que he disfrutado hasta el paroxismo, y decir “por favor, léanlos”. Por ejemplo, volviendo a los autores de la pregunta anterior:

“Austerlitz” e “Historia Natural de la Destrucción”, entre otros muchos libros de Sebald. “Por el camino de Swan” y “A la sombra de las muchachas en Flor”, de Proust, “El Dios de las pequeñas cosas”, de A.Roy. “Nunca me abandones”, de Kazuo Ishiguro, “Franny & Zooey”, “Nueve Cuentos”, “El cazador oculto”, de Salinger, la novela “Delirio” de Laura Restrepo; y para agregar a la lista de arriba, “El llano en Llamas” y “Pedro Páramo”, de Rulfo, “Ficciones” y “Siete Noches” (las conferencias) de Borges, “Diario del afuera” y “La vida exterior”, de Annie Arneaux, la biografía de Virgina Woolf “La vida por escrito” de Irene Chikiar Bauer, “El cielo de los animales”, de David James Poissant, “Cuentos Negreros”, de Marcelino Freire, y por qué no, algo fuera de la narrativa: “El libro de los cuatro acuerdos”, de Miguel Ruiz. Más agrego y más me siento en falta por los que me estaré olvidando. Es como hablar de cine, empezás por una película, una serie, y podés pasarte horas dando nombres, pero cuando cerrás la conversación, y ya estás en otra cosa, decís: ¡y cómo me olvidé de esta!


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

La divina comedia, ojalá pudiera leerla en idioma original.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

El pasado, de Alan Pauls. Pero insistiré en una relectura, cuando pueda hacerlo.


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Alejandra Laurencich (Buenos Aires, 1963): Autora de las novelas Las olas del mundo (Alfaguara, 2015), Vete de mí (2009, traducida al esloveno como Pusti me pri miru, Študentska založba, 2011), y de los libros de cuentos Coronadas de Gloria (3° premio del Fondo Nacional de las Artes), Historias de mujeres oscuras (2° Premio Ciudad de Buenos Aires) y Lo que dicen cuando callan (Alfaguara, 2013). Su tarea como docente fue compilada en el libro EL TALLER. Nociones sobre el oficio de escribir (Aguilar, 2014).
Es la fundadora y directora editorial de la revista literaria La Balandra –otra narrativa- , que en el 2013 fue premiada como una de las tres mejores revistas culturales de la Argentina por el Fondo Nacional de las Artes.
Desde hace más de veinte años dicta seminarios de narrativa y enseña el oficio de escribir a autores nuevos.















jueves, 5 de enero de 2017

Debret Viana: "Los lectores y los libros"


Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

Tendría que confesar primero que estoy infectado con la incontenible maladie del caos, que me acerca a lecturas insospechadas caprichosamente, aún cuando mi cuantiosa lista de pendientes es más vasta que lo que podría resolver en el tiempo que me quede. Así me entrego cotidianamente a lectura de páginas, principios de novela, fragmentos, cuentos sueltos, que no sabría contabilizar pero que implican la mitad de mi tiempo lector. Trabajar en una librería incrementó esta práctica insalubre, y me volcó hacia una dispersión enloquecida. No sé decirle que no a un texto que viene, a una línea que brilla, a una novela recién parida o a la recomendación de amigos en quienes confío. En esa fracasada ansia de abarcarlo todo, voy escalando peldaños que no conducen a ninguna parte. Excluyendo las curiosas lecturas fragmentarias, oscilo entre uno o dos libros semanales. Me abstengo de calcular la cifra anual.


¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Tengo la impresión de que fue un año muy rico. Infiero esto de que creo haber hallado en muchas oportunidades la felicidad mientras leía. Por nombrar algunos:

Black out, de María Moreno
Como si existiese el perdón, de Travacio,
Stoner, de Williams.
Las manos, de Moulia,
La cena de Electra, de Specchia,
Teoría general del olvido, del angoleño Agualusa,
No hay risas en el cielo, de Ariel Urquiza,
Autorretrato, de Levé (es viejo, pero este año lo editó Eterna Cadencia)
Las cosas que perdimos en el fuego, de Enríquez
La libertad de Corker, de John Berger, editado por Interzona
Material sensible, de Gaiman

Todo lo que pude leer de Byung-Chul Han...

La perra de mi vida, de Duneton (no fue editado este año, pero sí fue el año en que Malpaso lo trajo a Argentina, junto con otras variadas joyas)
The sick bag song, de Nick Cave (un libro escrito íntegramente en las bolsas para vomitar que dan en los aviones)
Finders Keepers, de Stephen King
Historia de nuestros perros, de Acevedo Kanopa
Interestatal, de Dixon
Ciudad del hombre, de Fonollosa
Intemperie, de Lalo
Fragmentos y distorsión, de Iván Riskin

En fin, me doy cuenta que la lista podría perpetuarse por páginas y páginas. Señalo por último que salió en Uruguay un nuevo libro de Felipe Polleri, que no pude leer aún pero estoy seguro de que ingresará en la lista.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Me resulta terriblemente arduo circunscribir mis autores en un párrafo, más que nada porque se trata de una lista que se ha ido incrementando con los años al punto de estar rodeado por una ciudad entera de voces susurrantes que descansan en mi biblioteca, pero que me hablan en cualquier parte de día. Nombro un par que me han acompañado desde hace veinte años, y que siento como pilares férreos que sostienen mi concepción literaria, y algunas adhesiones recientes en un libro de pases que nunca cierra.

Fernando Pessoa
Roland Barthes
Franz Kafka
Quignard
Roberto Calasso
Baudrillard
Phillip K. Dick
Milorad Pavic
Alan Moore
Jorge L. Borges
Raymond Carver
La poesía de Bukowski
Maurice Blanchot
César Aira

Releo la lista y sufro por todos los que me quedan afuera.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Es arduo conciliar la lectura con el deber. Nombro los libros que a mí me han dado tanto placer que siento que me gustaría que los demás también lo experimenten.

Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa
Fragmentos de un discurso amoroso, de Barthes
Cool memories, de Baudrillard
La soledad del lector, de Markson
El espacio literario, de Blanchot
Sandman, de Neil Gaiman
Lolita, de Nabokov
De profundis, de Wilde
Los subterráneos, de Kerouac
La filosofía en el tocador, de Donatien de Sade

Quisiera aclarar que excluí libros de cuentos, solo para poder hacer trampa... Pero agrego también los cuentos completos de Kafka, de Carver, de Borges, la poesía completa de Bukowski y  Shakespeare.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y te jurás leer algún día?

Me debo El Decamerón, y fantaseo con emprender un largo viaje acompañado solo por el diario de André Gide.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

Asumo el riesgo de confesar que no disfruté “En el camino”, a pesar de que me encanta la obra de Kerouac. Me pareció tedioso, y si bien es un efectivo documento antropológico sobre la época y sobre los beat, las virtudes literarias me evadieron por completo. No puedo descartar que en mi displacer haya colaborado la espantosa traducción española.

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Debret Viana (1981) nació en Buenos Aires. Como escritor ha publicado el libro de ficción "Menos" (2010). Escribe en Fictofilia (durante nueve años escribió en infimosurbanos.blogspot.com.ar), y publica periódicamente sobre cine, libros y series en el diario Hoy día Córdoba y en otras revistas y blogs. Hace siete años trabaja en una de las librerías más lindas del mundo, El Ateneo Grand Splendid.












lunes, 2 de enero de 2017

Diego Erlan: "Los lectores y los libros"


Aproximadamente, ¿cuántos libros leíste en el año?

No llevo la cuenta. Quizás hayan sido unos cincuenta. Me gustaría hacer como la genia de Ana Laura Pérez: anotar en un cuaderno los libros leídos y al final del año observar todo lo que hemos hecho. Soy un lector caótico pero a la vez obsesivo. Me gusta haber leído todo de un autor y eso me lleva rápidamente a la frustración.

¿Quién no tuvo alguna vez el proyecto de leer todo Pynchon? Yo sí y no pude hacerlo por falta de tiempo o quizás de algún tipo de concentración. Igual en algún momento lo haré. Los libros a veces llegan de casualidad. También afecta el trabajo en el que uno está inmerso: o estar pendiente de lo que acaba de salir o estar en medio de una investigación y, como suelo hacer en esos trances, tratar de leer sólo cosas que estén, de un modo u otro, relacionadas al tema de la investigación y que todo gire en torno a eso. Me gusta cuando empiezo un libro y lo termino en un fin de semana.

Cuando sólo leí ese libro y lo llevé a todas partes. Y como llevo libros justamente a todas partes, necesito variedad de formatos. No me gusta salir con mochila, me gusta ir con lo puesto. Y a veces necesito libros que entren en el bolsillo. La colección de Siesta es perfecta para eso. Muchas veces, en un viaje en tren, de noche, yendo a comer con amigos, tal vez reflote un libro que ya leí. Suelo agarrar los Cuatro cuartetos de Eliot, en una edición de Cátedra, bilingüe, que es delgada, chiquita y perfecta para ese tipo de momentos. Además es un libro que podría leer toda la vida.



¿Cuáles son tus libros o lecturas preferidas de este año?

Hace unos días me preguntaron lo mismo y tuve que elegir cinco. Esos fueron Black out, de María Moreno, porque era un libro que se esperaba y además porque es una memoria tremenda, de una densidad que era difícil sostener y María lo consigue. Ácida, sensible y algo así como viscosa. El segundo tomo de los diarios de Ricardo Piglia fue otro. Y creo que vamos a tener que elegir cada año como libro del año a esta sucesión de volúmenes. Lo dije desde la primera vez que publicamos estos diarios y tuve que editarlo: Piglia consigue un tono perfecto. Además estuvo la Poesía completa de Fogwill: los primeros libros de poesía de Fogwill creo que fueron poco y mal leídos y esta es la oportunidad de analizar todo de vuelta y ponerlo en su lugar. Además incluye un nuevo libro, hasta ahora inédito, Gente muy fea, que sigue en la línea del mejor poeta Fogwill. No nos olvidemos de Elvio Gandolfo y Mi mundo privado, una novela inteligente y, para mí, en la línea del Levrero de La novela luminosa. Por último había elegido a Stoner, la extraordinaria novela de John Williams, que leí recién este año y me pareció de lo mejor en mucho tiempo. Además me parecía un reconocimiento a una editorial como Fiordo, que viene haciendo un trabajo silencioso, riguroso y contundente, en la línea de La Bestia Equilátera. Además era la manera de reconocer a todas esas editoriales de estructuras mínimas que contribuyeron a que los lectores argentinos puedan acceder a libros imprescindibles en traducciones decentes. Una vez entregada esta elección me di cuenta que habían quedado muchos títulos afuera. Y títulos que me habían gustado.  Pienso en La uruguaya, de Pedro Mairal, Acá todavía, de Romina Paula y Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez. Tanto en Mairal como en Romina veo una profunda sensibilidad sobre las relaciones de pareja, un oído agudo para las formas del habla cotidiana. Desde Bajar es lo peor que leo a Enríquez y me parece que en estos cuentos revela ese terror que se esconde en los rincones sofocantes de las provincias argentinas. Veo en ella un cruce entre Saki y Horacio Quiroga con espíritu punk.  Afilado estuvo Sebastián Hernaiz con Las citas, una novela que habla sobre las relaciones y la soledad del mundo contemporáneo. Otro libro que me resultó fascinante fue Producciones Kim Jong-Il presenta, de Paul Fischer, una investigación extraordinaria sobre el singular Ministerio de Propaganda de Corea del Norte que termina siendo a la vez un thriller y un retrato delirante de un país pero más que nada de un dictador.


¿Cuáles son tus autores preferidos?

Pienso en Kafka, Pessoa, Dino Buzzati y T.S. Eliot, pero también en Joaquín Gianuzzi, Viel Temperley, Jorge Aulicino, Saer y Piglia, Fogwill y Aira sin dejar de mencionar a Sergio Bizzio. Cada libro de Richard Yates que leí me hipnotizó. Cada vez que abro los diarios de Gombrowicz me arrodillo, y cada vez que puedo vuelvo al Tractatus de Wittgenstein para tratar de entenderlo así como vuelvo siempre a enfrentarme al Autorretrato con chango y loro de Frida Kahlo para tratar de entender un poco de qué se trata la belleza.


¿Cuáles son los diez libros que todos deberíamos leer?

Recorro mi biblioteca y apunto, con cierta polémica y sin orden alguno, estos libros:

1. Rastros de carmín, de Greil Marcus.
2. Borges, de Bioy Casares.
3. Cuatro cuartetos, de T.S. Eliot.
4. El frasquito, de Luis Gusmán.
5. Anna Karenina, de Lev Tolsoi,
6. Crimen y castigo, de Fiodor Dostoievski,
7. El proceso, Kafka.
8. Ficciones, de Borges.
9. El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati.
10. La divina comedia, de Dante.


¿Cuál es el libro clásico que no leíste y que te jurás leer algún día?

Vida de Samuel Johnson de Boswell. Alguna vez lo tuve en mis manos y se lo regalé a un poeta viejo que lo miraba alucinado. Hace poco, en Strand, estuve a punto de comprarme una enorme biografía sobre Boswell. Un instante de lucidez me hizo entender que en la vida hay prioridades. Seguramente hay miles de clásicos que no leí y debería hacerlo. Confío en que algún día yo y mi otro yo tachemos cuentas pendientes.


¿Cuál es el libro, considerado “canónico” que no pudiste disfrutar o dicho más fácilmente, que no te gustó?

Seguramente sea el Finnegans Wake. La vanguardia onanista de Joyce.


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Diego Erlan nació en San Miguel de Tucumán en 1979. A los diez años su familia se instaló en Buenos Aires. En esta ciudad estudió periodismo e historia del arte y trabajó como guionista, productor y profesor universitario. Durante catorce años se desempeñó en la Revista Ñ, donde fue editor de Literatura y Libros. En el año 2012 salió su primera novela, El amor nos destrozará (Tusquets) y, en 2016, publica su segundo libro La disolución (Tusquets).