lunes, 22 de diciembre de 2014

Mundial de Clubes Final: San Lorenzo de Almagro 0 vs. 2 Real Madrid



Fútbol previsible

El triunfo del Real Madrid sobre San Lorenzo de Almagro era esperable aunque no por ello menos doloroso. 
Es cierto, el equipo de Bauza no fue goleado (nadie se hubiera sorprendido si el Real hubiera hecho una diferencia mayor).
Pero fue doloroso porque no hubo partido. Y si no hubo partido fue porque no había paridad entre los rivales.


Breve resumen del juego

El encuentro era más bien monótono. San Lorenzo, optó por un plan defensivo, lo que implicó mermar su capacidad de ataque, casi hasta la nulidad. La estrategia y la táctica del entrenador Eduardo Bauza eran claras: defender bien y definir el título por penales sino surgía durante el juego un contraataque demoledor. Algunos remates madrilistas y no mucho más. Sin embargo, cerca del minuto 36 del primer tiempo el plan se desmoronó. Un pase atrás mal dado por Enzo Kalinski derivó en un tiro de esquina que Toni Kroos ejecutó con precisión a la línea del área chica para que Sergio Ramos anticipe de cabeza al defensor Mario Yepes y venza al arquero Sebastián Torrico.

A los 5’ del segundo tiempo, un remate débil de Gareth Bale se le escurre por debajo a Torrico y fin del partido. San Lorenzo no pudo descontar y Real Madrid hizo pasar el tiempo sin complicaciones, como si regulara no sólo “su caja de velocidades” sino el mismísimo ritmo del partido.

El Real Madrid no solo llegó con sus grandes figuras (Cristiano Ronaldo, Iker Casillas, Karim Benzema, el siempre presente Sergio Ramos) sino que en el inicio de la temporada europea, se reforzó con el alemán Toni Kroos y James Rodríguez, dos jugadores del “equipo ideal” del mundial Brasil 2014.

San Lorenzo, por el contrario, perdió en el camino a Ángel Correa, Santiago Gentiletti y a su mejor jugador: Ignacio Piatti, transferido a la liga canadiense. De hecho no lo pudo utilizar en la finalísima de la Copa Libertadores. 


La pornografía del dinero en el fútbol

San Lorenzo por ganar la Copa Libertadores obtuvo algo más de 5 millones de dólares. En la edición 2013-2014 de la Champions League, Real Madrid acumuló en todas las fases más de 50 millones de euros.

Este enfrentamiento en Marrakech, una de las ciudades más importantes de Marruecos, puso sobre la mesa la gran diferencia económica entre uno de los equipos más ricos del mundo de Europa (junto al Bayern Munich, Barcelona, los dos Manchester, el City y el United, Juventus y algunos otros más) y el resto de los equipos del mundo, incluidos la mayoría de los que integran ese continente.

¿Alguien olvida que hace poco el Bayern de Guardiola le metió 7 a la Roma en la capital italiana? ¿O que hace un año el Real Madrid dejaba afuera al Schalke 04 con un global de 9-2?

Lejos quedó la paridad. El fútbol a escala global cada vez más se parece al básquet en el sentido de que la capacidad de sorpresa o resultados impensados es casi nula. Gana el más poderoso. Y punto.

En épocas anteriores, los equipos europeos también eran, generalmente, los favoritos cuando se disputaba la Copa Intercontinental. ¿Cuál es la diferencia con este presente del fútbol mundial? Que los equipos sudamericanos, pese a ser menos “fuertes” económicamente, tenían jugadores de jerarquía. 

Independiente con Bochini, Bertoni, Burruchaga Giusti, Marangoni, Trossero, (varios de ellos jugaron mundiales), supo cómo y además, tenía con qué ganarle a la Juventus de 1973 o al Liverpool inglés de 1984. 

Lo mismo con el River del Bambino Veira de 1986: Ruggeri, Alonso, Gallego, Alzamendi, Pumpido, todos campeones del mundo a nivel de selecciones (asterisco para el River de 1995 que perdió 0-1 con una Juventus sospechada de dóping masivo). 

El Argentinos Juniors de Borghi, Batista, Olguín, por citar tres jugadores de primer nivel, bailó a la Juventus de Platini en aquel inolvidable partido de Tokio. 

El Velez Sarsfield de Carlos Bianchi con Chilavert, Flores, Asad, Bassedas y Trotta, nombres que quedaron en las páginas doradas del libro del club. 

Y más acá, el inolvidable Boca, también de Bianchi, Riquelme, Palermo, Delgado, Córdoba, Bermúdez, Tévez, Serna, Basualdo, Abbondanzieri, todos ellos mundialistas, que doblegó a los Galácticos del Real Madrid de Figo y al Milan de Ancelotti, Maldini, Pirlo y Shevchenko .

Capítulo aparte del Estudiantes de La Plata de Alejandro Sabella y Juan Sebastián Verón. Hasta el sábado era el último equipo argentino en llegar a la última instancia intercontinental, la primera edición bajo el nuevo formato “Mundial de Clubes”, cuando enfrentó al Barcelona de Pep Guardiola con Puyol, Henry, Ibrahimovich y Messi. 
Estuvo a dos minutos de la gloria, de ganar el partido. Boselli había marcado el 1 a 0 en el primer tiempo. Pero Pedro igualó a los 88 y Messi de pecho, puso el 2-1 definitivo en el ST del suplementario. En los papeles, el Barça debía ganar fácil. En el campo de juego, Si ganaba el “Pincha” nadie iba a poder decir nada. ¿Recuerdan el gol de Pedro? Un bartoleo, cabezazo para atrás, Albil a mitad de camino y la pelota que hace una parábola e ingresa por el centro del arco. Nueva digresión: ¿alguien recuerda el cabezazo de Desábato que rozó el palo en el minuto 120? Derrota dolorosa.

Hoy, los jugadores de excelencia, ya casi no juegan en las ligas de sus países. Se van desde muy jóvenes a Europa, Brasil, China,  Emiratos Árabes, Grecia, México, Rusia o Turquía.

Los grandes jugadores que regresan a sus países, generalmente lo hacen cuando su rendimiento y/o edades comienzan a declinar (hay excepciones: Juan Sebastián Verón, cuando decidió volver a Estudiantes de La Plata), o cuando ya no están para jugar “allá”, como es el caso de Fernando Gago o años atrás, el “Matador” Marcelo Salas.
 

Una tendencia que impide ser optimista

Hasta el momento, se llevan jugadas nueve ediciones del Mundial de Clubes  suplantando a la vieja Copa Intercontinental. Siete veces ganaron los europeos (Barcelona dos veces, Inter de Milán, A.C. Milán, Manchester United, Bayern Munich, y Real Madrid hace unos días); en dos ocasiones los de Sudamérica (Internacional y Corinthians, ambos de Brasil).  Los equipos argentinos perdieron las tres oportunidades que tuvieron:

ü  Boca Juniors en 2007. No pudo contar con Riquelme, el jugador más decisivo e influyente de la Copa Libertadores obtenida.
ü  Estudiantes La Plata en 2009 (mencionado anteriormente);
ü  Y hace unos días, San Lorenzo de Almagro.

La actualidad del fútbol argentinos dice que los clubes no gozan de buena salud económica ni financiera; que la trama violenta entre actores políticos, dirigentes y barras lejos está de desarticularse; que los simpatizantes de fútbol no pueden ir a los estadios, en algunos casos ni al propio –de visitante, ninguno-; que antes que conformar un buen plantel, los dirigentes se preocupan por vender los mejores jugadores, juveniles o no, y acercar algunos otros que les permita hacerse una buena comisión.

Así es como nos encontramos con un fútbol pobre, dentro y fuera de la cancha. ¿Qué expectativa favorable se puede tener para el futuro si no se producen cambios estructurales y culturales de manera inmediata?


viernes, 5 de diciembre de 2014

El día que me afeito me duele la cara todo el día

Udo Beck,"111 triángulos"
No es que me duela porque me haya cortado con la afeitadora, tampoco con la tijera. Por lo general, cuando la barba está bastante crecida, primero utilizo la tijera, bien afilada, para rebajármela un nivel, si se puede decir así. Los primeros movimientos son lentos, como para ir tomándole distancia al largo. Cuando los repetí unas diez veces, los movimientos se vuelven más rápidos, como si la experiencia hubiera sido adquirida de golpe. Situación que se niega inmediatamente con los primeros pinchazos o raspones de la tijera bien afilada. Entonces vuelvo a la velocidad con la que había comenzado. Los dedos índice y pulgar de la mano izquierda enganchándose en la tijera. Para cortar los pelos de la mejilla derecha no hay mayores problemas. Es una tarea casi resuelta con máxima prolijidad. Cuando debo ir por la mejilla izquierda, el asunto se hace más complejo. En la zona cercana a la boca y al costado de la nariz, hasta llegar a la oreja, casi no requiere mayor destreza. Pero cuando la barba que hay que reducir que se ubica desde el cuello hasta la mandíbula, o mejor dicho, debajo del maxilar inferior, aparecen las primeras heridas.

Ahí es donde es más fácil lastimarme; después de varios tijeretazos, muchos pelos aún permanecen con su largo. Buscando un mejor ángulo, cambio la tijera de mano y ahí sí, con más asiduidad, los pinchazos en la cara.
Todo esto para no utilizar directamente la afeitadora descartable, ya que hacerla trabajar con la cara peluda, la deja rápidamente sin su filo y, cuando ni siquiera haya avanzado con el rasuramiento, me habría lastimado innecesariamente con las hojitas casi inservibles. Por eso el uso de la tijera bien afilada.

Esta vez me afeité con la calma de todo el mundo, respetando mi propio procedimiento inventado. Primero cortar lo que sobresale con tijera. Luego juntar agua con las manos, enjuagarme y rellenar la cara con espuma de afeitar, dejando el rostro como si fuera Papá Noel. Recién ahí aparece la afeitadora descartable. Pausadamente, de arriba hacia abajo primero por toda la cara; luego, los retoques de abajo hacia arriba para arrancar algún pelo rebelde. Por último, un breve emparejamiento de patillas, a veces más cortas, esta vez más largas. Luego vendrá la limpieza de la pileta de manos del baño y la ducha: el lavado de cuerpo entero.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Vacaciones

Hace unos días tuve que hacer un trámite en el banco. 
Como el asunto venía demorado, saqué de la mochila el libro que tenía y me puse a leer. 
Pasaron quince minutos y escucho la voz de una señorita que dice: A 511
Era el mío. Me levanté sobresaltado, con temor a qué llamen al número siguiente y pierda el turno. 
Con una mano marcaba la página que había alcanzado, con la otra agarraba la mochila y el papelito que le debía entregar a la chica. Llegué al puesto de atención. Pido permiso. Me siento. Apoyo el libro y la chica de atención al público, me pregunta si el libro que estoy leyendo es bueno. Le dije que sí, a lo que me responde: 

- ¿Me lo recomendás para leer en el verano? Yo en el año no puedo, pero sí en las vacaciones y tengo que elegir alguno para llevarme en el viaje. 
- Sí, te lo recomendaría, pero no sé si te va a gustar. Para recomendarte algún libro debería saber uno o dos que te hayan gustado. 
- El último que leí fue en el verano pasado, en la playa; pero no me acuerdo el nombre ni quién lo escribió. Dejame anotar el que estás leyendo y yo después lo chusmeo en la librería.

Cada uno lee cuando puede y quiere. Jamás salgo a la calle sin un libro, ya sea un recital, un partido de Boca o una reunión con amigos o familiares, siempre llevo como mínimo un libro viaje en auto o transporte público. Y prefiero esto último, ya que el tiempo neto de lectura ganado, es insuperable.



lunes, 17 de noviembre de 2014

Muestra fotográfica "Las Fotos Locas", de Sebastián Lidijover, en Vivaldi Libros Bar


El sábado 15 de noviembre a las 20 horas en Vivaldi Libros Bar, se llevó a cabo la muestra fotográfica de Sebastián Lidijover, promotor y jefe del área de Comunicación de la distribuidora de libros Riverside Agency (Anagrama, Edhasa, Blume, GG, La Brujita de Papel,Salamandra, Taschen, entre otros).

Las imágenes de Sebastián tienen la particularidad de mostrar un paisaje, sea este una montaña, un acantilado, el mar o una oficina, fundiéndose en un montaje con la fotografía de tapa o del interior de un libro sin la ayuda de programas de edición o retoque digital.

Eso sí, para obtener la imagen puede llegar a disparar hasta ochenta veces el disparador de la cámara de fotos del teléfono celular.

Una vez presentadas las "Fotos Locas", se sortearon varios libros entre los concurrentes y, luego de unas breves palabras de Sebastián, en las que no pudo evitar silenciar su "Taladro verbal" (llama de esta forma a la tarea de describir y explicar el contenido de cada uno de los libros que promociona), finalizó el encuentro con un cálido brindis.


La muestra permanecerá exhibida hasta el viernes 19 de diciembre de 2014. En Santiago del Estero 1098, esquina Humberto Primo, CABA.









       













jueves, 6 de noviembre de 2014

Pablo Alabarces en Vivaldi Libros Bar: presentación de su nuevo libro "Héroes, machos y patriotas"


PABLO ALABARCES es licenciado en Letras por la UBA, magíster en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural por la UNSAM y doctor en Sociología por la Universidad de Brighton, Inglaterra. Actualmente está a cargo como profesor titular del Seminario de Cultura Popular y Cultura Masiva en la carrera Ciencias de la Comunicación UBA, dicta clases en la UNLP y en otras instituciones académicas del país y el extranjero. Sus artículos y colaboraciones periodísticas han sido publicadas en las revistas Ñ, La Maga, Noticias, Veintitrés, El Gráfico, y en los diarios Crítica de la Argentina, La Nación, Olé, Clarín, Tiempo Argentino y Página/12. Es autor de los libros Fútbol y patria. El fútbol y las narrativas de la nación en la Argentina, Crónicas del aguante. Fútbol, violencia y política, Hinchadas, 678 La creación de otra realidad (con María Julia Oliván), y Peronistas, populistas y plebeyos. Crónicas de cultura y política.

CARLOS MANGONE es docente de la Carrera Ciencias de la Comunicación por la UBA, de las materias Teorías de la Comunicación I y II. Ha publicado los libros Universidad y peronismo (1946-1955), El Manifiesto. Un género entre el arte y la política, y Tinelli: Un blooper provocado. Con Jorge Warley escribió El Discurso Político. Del foro a la televisión; junto a Santiago Gándara y Jorge Warley publicó Vidas imaginarias. Los jóvenes en la tele.

WALTER VARGAS es escritor y periodista. Actualmente trabaja para ESPN, agencia DyN y Radio Continental. Escribe en el diario deportivo OLÉ.  Ha publicado los siguientes libros: Equipos cortos, Cambios de frente, Fútbol delivery, Del diario íntimo de un chico rubio (y otras historias futboleras).

EUGENIA ZICAVO es doctora en Ciencias Sociales, socióloga y periodista. Es docente e investigadora en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA-Instituto Gino Germani-CONICET). Es conductora del programa televisivo Libroteca por el Canal de la Ciudad y consejera editorial de la revista Lamujerdemivida y columnista de literatura en Suciopop por FM Nacional Rock. Ha publicado sus textos en distintos medios nacionales e internacionales como revista Ñ, Perfil, Tiempo Argentino, revista Anfibia, El Planeta Urbano, La República (Uruguay) y en revistas académicas especializadas.

martes, 28 de octubre de 2014

Pablo Alabarces: "Héroes, machos y patriotas"

Publicada en Revista Aglaura: http://www.revistaaglaura.com/#!resea21-de-hroes-machos-y-patriotas/c1qok


Octubre de 2014. “Héroes, machos y patriotas”, de Pablo Alabarces, invita a la reflexión sobre el fútbol argentino y sus problemáticas, no de sus grandes épicas o hazañas deportivas sino a partir de su dimensión cultural, debido a su carácter popular y, además, por ser un fenómeno de masas.
Apoyado en trabajos anteriores como “Fútbol y patria” (traducido a varios idiomas) y “Crónicas del aguante”, este libro se articula sobre tres ejes principales: la identidad (nacional, tribal, género y sexualidad), la violencia (el “aguante”), y el papel de los medios de comunicación masivos en épocas de la globalización, y sus modos de narrar el fútbol, inclusive el discurso publicitario.
Respecto a la propuesta de lectura, observamos que en la escritura de “Héroes, machos y patriotas” prevalece más el tono coloquial que el discurso académico, no obstante, sin prescindir de la necesaria rigurosidad argumentativa. Cabe destacarse que este libro ofrece distintas materialidades de trabajo como, por ejemplo, el cine de ficción y documental, además de muchísima literatura: textos de Fabián Casas, Roberto Fontanarrosa, Eduardo Galeano, Nick Hornby, Emilio Sacheri y Osvaldo Soriano, entre otros.

Junio de 2014. Durante el último mundial de fútbol disputado en Brasil, una fiebre futbolística envolvió a miles de hinchas argentinos. La canción “Brasil decime que se siente” devino una especie de himno futbolero. Sin embargo, tal como lo demuestra el autor, en su letra se evidencia “un compendio de lugares comunes de la retórica aguantadora y un modo de afirmación narcisista para distinguirse en la pantalla global”.

Julio de 2014. Argentina vence a Holanda por penales en San Pablo y Javier Mascherano se consagra como ídolo en lugar de Lionel Messi, quien probablemente sea uno de los mejores jugadores de todas las épocas. Esto sucede porque Messi carece de la condición plebeya y popular que tuvo Diego Maradona, rasgos imprescindibles para la articulación efectiva del relato deportivo de la patria.

Agosto de 2014. De la efervescencia nacionalista acontecida durante el mundial de fútbol ya nada queda. Los hinchas de San Lorenzo festejan en soledad la obtención de la Copa Libertadores, el trofeo más importante a nivel de clubes de Sudamérica. De parte de los “otros” hinchas de los equipos argentinos subyace la indiferencia o el deseo de la derrota azulgrana.

Junio de 1978. Se juega el mundial de fútbol en la Argentina bajo la dictadura militar. Fuerte endeudamiento para que se realice dicho torneo. La censura. El silencio. Años después, César Luis Menotti, director técnico de aquel seleccionado, enuncia una de las frases más torpes que se dijeron sobre fútbol: “Se juega como se vive”. Pablo Alabarces recoge esta sentencia, la deconstruye y la vuelve estéril. Nada más alejado del fútbol que los determinismos. El 6 a 0 contra Perú. La película “La fiesta de todos”. Los festejos en la calle: “¿manipulación, acción popular o estupidez colectiva?”. ¿Una posible respuesta ética? Renunciar al triunfo, devolver el trofeo y las medallas, propone Pablo Alabarces.

En  “Héroes, machos y patriotas” el autor vuelve sobre el concepto del “aguante” y nos ayuda a comprender que la violencia en el fútbol no es cosa de “bárbaros”, “inadaptados” o “salvajes” sino que responde a una lógica racional e interesada. Que esa lógica es parte de un mundo moral según el cual “defender el honor, el territorio, la tradición, el orgullo de barrio, el equipo y los colores es tarea de machos que deben ser ejecutadas con el cuerpo a partir de una serie de prácticas especialmente violentas”.

En sintonía con algunos de los principales temas de la agenda pública Alabarces explicita la necesidad de cambiar de raíz el programa Fútbol para todos, esa retórica de la pasión como mera continuidad a la iniciada por TyC en los años noventa,  y que, según el autor, “en el Mundial de 2014 nos sometieron a exactamente lo mismo; nos llenaron de patrioterismo y falta de profesionalismo disfrazado de hinchismo; siguieron proclamando el ‘a ganar o morir’ organizado por la lógica aguantadora”.
También plantea la necesidad de llevar a cabo un programa específico para la erradicación de la violencia en el fútbol argentino no sin desarticular los nexos entre “barras”, actores políticos y fuerzas de seguridad, incluyendo en la problemática la legitimidad que ofrecen los “hinchas comunes” frente las prácticas violentas.

Por último, y luego de haber dejado constancia de los principales problemas que acontecen en el fútbol argentino, Pablo Alabarces dice que es hora de “reclamar su devolución” y por consiguiente, su democratización. Pero para lograrlo, será indispensable una verdadera insurrección hinchística, revolución mucho más realizable de lo que todos imaginamos y pensamos.

viernes, 10 de octubre de 2014

Patricio Eleisegui, "Nubes de polvo sopladas a cañonazos"

Publicado en Revista Aglaura: http://www.revistaaglaura.com/#!resena13-nubes-de-polvo/cbvq



Nubes de polvo sopladas a cañonazos de Patricio Eleisegui se compone de cuatro historias. Todas están escritas en primera persona y tres de ellas tienen como protagonistas a un médico, un académico y un policía respectivamente. La violencia en mayor medida, pero también el desencanto, probablemente sean los temas que predominan en los relatos que forman parte de este libro.

En el primero de ellos, Jacarandá, aparece una única voz. Esa voz es la de un médico que se indigna ante un trabajo de albañilería mal realizado. Su discurso, prejuicioso y feroz, sea este dicho o remita a un mero discurrir de su conciencia, estalla contra un “otro” como odio de clase. A ese “otro”, se lo presenta como “hijo de puta”, “malagradecido de mierda”, “indio”, “pervertido”, “ignorante”. En la larga lista de insultos, donde equivocadamente podríamos intuir exceso, Eleisegui construye una serie completa de significados en relación a la violencia, de la que no están exentas las mujeres, ya sea las de su propia clase (su esposa) ni mucho menos, las de una clase ajena (la mujer de ese “otro”): 

“Y encima también se trajo a la gorda tartamuda esa, que lo único que hace es gastar detergente y romper los platos que le doy para que lave. ¡Diez platos me rompió la mogólica en un día! (...) Mi mujer es otra boluda que no valora un carajo. Se cree que la guita la cago. Un día ¡Juro por Dios que un día! la voy a poner a ella a mirarle la concha a todas las catingas del conurbano que caen en mi consultorio”. 

Jacarandá es un relato breve. Su extensión no supera las cuatro páginas pero no por ello es menos efectivo a la hora de evidenciar la doble moral del médico. Quién haya leído a Osvaldo Lamborghini, creador de un género que agotó él mismo, fundamentalmente el de El niño proletario y de El fiord, cuando lee a Eleisegui, sabe que cuando se narra el odio, los límites en la literatura pueden dejar de existir.

El segundo relato Al final de la avenida es el de mayor extensión del libro. El mérito de Eleisegui consiste en sostener al lector hasta el final del cuento, habiéndole dado a este, la posibilidad de conocer el desenlace en el primer párrafo:

“El día que expulsamos a Diego de nuestro barrio, el sol pegaba fuerte sobre las fachadas de gran parte de los edificios que rodean a la Plaza del Congreso”.

El relato transcurre en una Buenos Aires, donde los lazos de solidaridad son cada vez más débiles en detrimento de un individualismo que avanza, no sin crueldad. Una ciudad en caída libre hacia la descomposición en la que algunos de sus habitantes, al pretender mostrar su cara urbana más linda, simultáneamente, se proponen ocultar sus indisimulables miserias. 
En este juego de visibilidad e invisibilidad, un grupo de vecinos (el mejor personaje del cuento –aunque no sea el principal - es Ernesto Levalle, dueño de una torre de departamentos) está dispuesto a maquillar el barrio ante sus ilustres visitantes: los turistas. 
Uno de los personajes principales de Al final de la avenida es un académico de bajo vuelo, inmerso en el hastío pero también adaptado a él, capaz de mencionar a George Bataille o Walter Benjamin pero incapaz de reaccionar ¿o no quiere hacerlo? cuando esté frente a un acto vejatorio; que busca o ¿encuentra? sexualidad virtual en cibercafés, que necesita de ansiolíticos para concebir el sueño. 
El otro personaje es Diego, un nene en situación marginal, que pide dinero en la calle y a cambio de ello, puede quedar expuesto a aberraciones que Eleisegui está dispuesto a narrar. 

El tercer relato del libro es La entrerriana y es bastante distinto a los restantes que componen este libro. Si bien la violencia no se hace tangible de manera demasiada explícita, la atmósfera construida en el texto no deja de ser desoladora. Se muestra la ruptura de la armonía entre la técnica instrumental del hombre y la naturaleza:

“Desmonte. Tala. Aserraderos. Entre Ríos. Hojarasca que muere, sin ruegos, mientras el sol hunde la mirada; juega al distraído y comparte la crueldad de un hacha incesante”.

Sólo una objeción. El abundante juego de las descripciones y metáforas a veces, envuelve al relato en una suntuosidad que no necesita y de la que por supuesto, puede prescindir:

“Llora. Llueve. Agua sobre la ruta 12. Un automóvil que cruza, de rodillas, la sonrisa húmeda del arroyo Flenche”.

Sin embargo y a contrapunto de lo enunciado anteriormente, no pueden dejar de apreciarse algunas frases de Eleisegui donde la función poética prevalece y embellece lo narrado:

“Duelen los sueños cuando alguien nos despierta antes del final.Y el vacío. La inmensidad. El silencio de bosques danzantes y una pradera desprovista de piernas que la atraviesen”.

El último texto del libro de Eleisegui es Yo miré bien. Allí se narra el extenuante y sangriento enfrentamiento armado entre el ejército, la policía y “extremistas”, al ingresar por la fuerza estos últimos en un cuartel militar, en épocas de la presidencia de Raúl Alfonsín.

“Ahora van a ver lo que es el infierno. Ahora somos bondad y castigo divino, jueces cubiertos de tizne y con cargadores metidos hasta en los calzoncillos”.

Contado desde el punto de vista de un policía, el relato puede ser leído también como condensación de una historia compleja y no menos dramática de la violencia política argentina, donde el horror de las armas y la tortura, la des-humanización y el ensañamiento, son perfectamente descritas por Eleisegui.
Nubes de polvo sopladas a cañonazos se publicó a fines de 2013 en el marco del proyecto editorial Exposición de la actual narrativa rioplatense, que tiene como principal objetivo difundir autores y obras que todavía no han circulado masivamente.

Ficha técnica

Autor: Patricio Eleisegui
Título: Nubes de polvo sopladas a cañonazos
Editorial: Milena Caserola El 8vo. Loco Ediciones
Año de edición: 2013
Páginas: 96





martes, 16 de septiembre de 2014

Mariano García y Mariana Dimópulos, "Escritos sobre la mesa. Literatura y comida"

Publicado en revista Aglaura: http://www.revistaaglaura.com/#!resena10-escritos-sobre-la-mesa/cw36


En estos últimos años, pareciera ser que la industria de la gastronomía ha logrado ocupar cada vez más espacios en la vida cultural occidental. Chefs reconocidos internacionalmente, canales especializados en la televisión por cable, realitys show en horario central, innumerables aperturas de escuelas gourmet, diversas ofertas culinarias, “cocina de autor”,“fusión” o “molecular”, edición de “libros-objetos”, participación masiva en internet de consumidores y usuarios que califican platos y restoranes, son algunos hechos que vienen a confirmarnos esta tendencia.


Sin embargo, en el mundo de las ideas, ya sea a través de la filosofía como de la literatura, la comida nunca ha sido un tema que no haya tenido importancia. En el prólogo del libro Escritos sobre la mesa, los compiladores Mariano García y Mariana Dimópulos sostienen que “desde el famoso fruto prohibido del Génesis, pasando por el exuberante banquete que narra Petronio en su Satiricón hasta las páginas que necesita Proust para desarrollar una comida en casa de los Guermantes, el tratamiento dado por la cultura a la comida nunca perdió su lugar relevante”.

Escritos sobre la mesa es una antología que trata sobre la relación entre los seres humanos y la comida desde la antigüedad hasta la contemporaneidad y, reúne 115 textos de 112 autores diferentes (sin contar a tres de ellos que son anónimos).

En este itinerario de lectura, se puede acceder a imaginarios y representaciones de la alimentación desde la mirada de Heródoto a Francis Scott Fitzgerald, de Séneca a Virginia Woolf, de Giacomo Casanova a Francis Ponge, de Plutarco a James Joyce.
Tampoco faltan escritores argentinos. Hay textos de Manuel Puig, Juan José Saer, Sara Gallardo, Juan Filloy, Esteban Echeverría y Norah Lange, entre otros.

La organización de lectura de Escritos sobre la mesa no es cronológica sino que se apoya en la dimensión cultural. Se compone de 12 capítulos y algunos de ellos se refieren a la Abundancia, a la Escasez, a las Maneras de mesa y a los Alcoholes. Esta organización nos puede llevar a preguntarnos, ¿cómo vive el ser humano en la escasez o para decirlo crudamente, con el hambre? Kafka y Dostoievski nos lo cuentan. ¿Quién nos puede narrar la fiesta de la abundancia? Nadie mejor que Rabelais en Gargantúa y Pantagruel en épocas del carnaval pero también Suetonio, que da cuenta de la glotonería romana. ¿Cómo y cuándo fue que aparecieron los juicios estéticos, los modales, la forma de utilizar la servilleta,  en el ritual de la comida? Erasmo de Rotterdam, de La Salle y Simmel pueden darnos una idea.

Otra de las grandes virtudes de Escritos sobre la mesa es que invita a ser leído tanto por “lectores amateurs” - aquellos que recién se inician en el mundo de la lectura o que por diversos motivos no la tienen entre sus actividades más urgentes, y que gracias a esta antología pueden tener una detallada muestra de autores y textos imprescindibles de la literatura universal-, como por lectores “entrenados”, que disfrutarán de esta delicada selección de fragmentos.  

Para finalizar, merece resaltarse el  ya mencionado prólogo de García y de Dimópulos, por las exquisitas anécdotas cuando nos recuerda que los libros de cocina ya existían en el año 1350, que los primeros restoranes de la historia nacieron en Francia, y que fue España quién revolucionó la comida europea a partir de las especies traídas desde América.




Ficha técnica

Autor: Mariano García y Mariana Dimópulos (compiladores)
Título: Escritos sobre la comida. Literatura y comida
Editorial: Adriana Hidalgo
Colección: El otro lado
Año de edición: 2014
Páginas: 466

jueves, 10 de julio de 2014

Presentación: "Las dueñas de la pelota", en Vivaldi Libros Bar



“En medio de este clima inhóspito, aparecemos en la cancha nosotras, catorce jugadoras dispuestas a embarrarnos en textos relacionados con el fútbol, deporte que muchas veces nos apasiona, pero en el que tratan de hacernos creer que estamos de prestado. Todas mujeres.” Claudia Piñeiro.
Los invitamos a participar a una charla literaria con las escritoras Esther Cross, Betina González, Alejandra Zina y Débora Mundani, quiénes formaron parte de la antología “Las dueñas de la pelota”, editada por Claudia Piñeiro.
Dicha reunión se llevará a cabo en Vivaldi Libros Bar, en el marco del ciclo ·”Sociales Invita Literatura” este viernes 11 de julio a las 19:30 horas.


Alejandra Zina - Esther Cross - Betina González - Débora Mundani (Foto: Mauro Matijas)