jueves, 6 de julio de 2017

Cortázar. Walsh. Agamben. Una breve historia de los tres libros que más me costó comprar

Cuentos completos /2, de Julio Cortázar; Textos de y sobre Rodolfo Walsh, de Jorge Lafforgue (comp.) y Lo que queda de Auschwitz, de Giorgio Agamben.

A partir de una consigna que circuló hace unos días en las redes sociales y que consistía en elegir cuatro libros favoritos* se me dio por pensar en una situación no sé si parecida pero sí motivada por aquella. Recordé algunos libros, tres para ser más exacto, que por algún motivo implicó un esfuerzo importante poder adquirirlos. Esto no tiene que ver solamente con el precio de los libros, sino también con las distintas situaciones que atravesaba por aquellos años, en la ya algo lejana década del 2000.

Cuentos completos /2, de Julio Cortázar

Hace más de quince años, tal vez veinte, no había libro que deseara más que los Cuentos completos de Julio Cortázar, editados por Alfaguara. Estaba enamorado de esos libros que por aquel entonces me parecían de tamaño gigante (15x23 cm). Esa edición estaba agotada; no se conseguía el tomo 1 y el tomo 2 por ningún lado. Víctima del fetichismo, eso hizo que cuando viera alguno de los dos tomos no dudase en comprarlos, siempre y cuando tenga la plata.

Fue una mañana de lunes que salí a hacer un trámite por el microcentro porteño y de casualidad, mientras caminaba por la calle Suipacha en dirección a avenida Córdoba, apenas cruzando la peatonal Lavalle, se me dio por mirar la vidriera de la librería Casares, una de las más emblemáticas del libro antiguo y de referencia para primeras ediciones. Impoluto y brillante, estaba  ahí el tomo 2. Entré, pregunté el precio y dicho ejemplar costaba el valor de del único billete que tenía en ese momento y que me debía durar para comer y viajar toda la semana, incluido el fin de semana venidero. Debo confesar que dudé un instante pero finalmente compré el libro y me encerré toda la semana leyendo (y releyendo) el libro de quinientas páginas.

Sin ánimo de caer en los golpes bajos, sí recuerdo que eran momentos muy complicados del país; eran tiempos de colas de cuadra y media para intentar conseguir un empleo apenas decente. El mío tenía su gracia: revelaba fotos ¡las cosas que vi! pero mi situación laboral era bastante precaria. No tenía los beneficios sociales indispensables: cero aportes previsionales, sin obra social, sin aguinaldo y en negro. La paga estaba bien si había trabajo pero cuando no había, no alcanzaba para nada.

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Textos de y sobre Rodolfo Walsh, de Jorge Lafforgue

En este libro publicado por Alianza podemos encontrar textos valiosísimos en referencia al autor de la "Carta Abierta a la junta militar". Escritores de la talla de David Viñas, Horacio Verbitsky, Pablo Alabarces, Rodolgo García Lupo, Eduardo Galeano y Martín Kohan, entre otros, escribieron sobre vida y obra de Rodolfo Walsh, tal como indica el título. Ese libro era (y es) una verdadera reliquia. De hecho, hasta hoy, no se volvió a editar.

En la primera hoja figura un precio escrito en lápiz: $25. No recuerdo el año pero sí sé que me costó mucho dar con este libro. Lo venía buscando por muchas librerías y distribuidoras. Todavía mercado libre no era una opción de consulta muy utilizada.

Dejada de lado la búsqueda en librerías, la misión consistía en recorrer las ferias y plazas donde se vendían libros usados. Así fue cómo lo conseguí una fría tarde de invierno, revisando libro por libro, en cada uno de los puestos del Parque Rivadavia.

Había dicho que no recordaba el año pero fue posterior a los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en Avellaneda, y la posterior salida del gobierno provisorio ejercido por Eduardo Duhalde. Eran los primeros años que cursaba en la facultad cuando leí de manera casi *completa la obra de Rodolfo Walsh.

* Años después iba a conseguir en la Feria del Libro de Buenos Aires las piezas teatrales La granada y La batalla, que volvió a editar De la Flor; recién ahí si pude completar la lectura de la obra completa de Rodolfo Walsh.

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Lo que queda de Auschwitz, de Giorgio Agamben

Conocí al autor y al libro en la facultad, cuando cursé una materia que se llamaba Seminario de Informática y Sociedad de la carrera de Ciencias de la Comunicación Social (UBA) y que se ocupaba de cuestiones mucho más interesantes e importantes de la que su título infería.

Mi profesora era una de las docentes que más admiré durante mi tránsito por la facultad: Flavia Costa. Por aquel entonces, esa cátedra ya tenía publicada una de las mejores revistas sobre la cuestión de la Técnica que se llamaba Artefacto, y que cada tanto sigue saliendo algún número.

Internet no era todavía ni por asomo lo que es hoy; el concepto de redes, de 2.0 y afines eran todavía conceptos bastante abstractos; el concepto "biopolítica" recién comenzaba a pronunciarse en los suplementos culturales de los diarios masivos. En esta materia que dirigía el filósofo Cristian Ferrer (y que creo todavía dirige) a estas cuestiones, ya "le habían dado vuelta la media".

En esas clases leí por primera vez al filósofo italiano Giorgio Agamben y si bien habíamos tenido que leer algunos capítulos y no el libro entero, las ganas de leer Lo que queda... de manera completa y sin el apuro de tener que llegar a tiempo con la lectura para la clase, me quedó inoculada desde esos momentos.

Lo que queda de Auschwitz era un libro que costaba sus buenos pesos porque era importado. Los traía de España la editorial Manantial, distribuidor por aquel entonces del prestigioso catálogo que editaba Pre-Textos.

Al momento de la compra no tenía problemas con el dinero pero aún así recuerdo que su precio causaba poco menos que dolor. Igual no lo pensé mucho: cerré los ojos y lo compré.

En aquel momento había cobrado la liquidación final del trabajo al que había renunciado y la utilicé para comprarme varios libros. Ahora que hago memoria, uno de ellos era  también "La novela luminosa" de Mario Levrero.

Días después, comenzaba a trabajar en la que fue mi casa durante ocho años: Siglo XXI Editores Argentina. Pero esa será otra historia.

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* En esa ocasión elegí Glosa, de Juan José Saer; 2666, de Roberto Bolaño; El silenciero, de Antonio Di Benedetto y Ulises, de James Joyce.