martes, 11 de enero de 2022

"Suicidio", de Édouard Levé

Nadie nos debería decir cómo leer un libro. Y si alguien se atreviera, no sería un gran consejo, mucho menos necesario.

Suicidio, de Édouard Levé es un libro corto, de lectura rápida (digresión: pensar a la lectura en relación con la velocidad es algo que no debería ni siquiera considerarse; tiempo y lectura son dos vectores que fluyen por carriles absolutamente separados).

Pero en este caso, decir lectura rápida refiere a que el tema y a cómo lo trabaja Levé es muy seductor: las frases, oraciones y palabras están tan bien construidas e hilvanadas que hace que quien las lea no pueda detenerse hasta terminar el libro. 

Sin embargo, por rápido que se avance, la pausa predomina en el acto de la lectura; la contemplación de cada párrafo es una herramienta indispensable para pensar cada idea pronunciada, porque si bien la prosa es fluida, el contenido de lo dicho, es insondable. 

¿Por qué un libro triste puede ser un gran libro?

1 Porque pone en palabras aquello que resulta tan intolerable como (o casi) indecible

2 Y porque eso que se nos aparece como indecible y doloroso, no solo se puede poner en palabras sino también que puede disfrutarse, percibir "lo bello".

Édouard Levé, con su libro Suicidio es un claro y gran ejemplo de esto.

Escrita en segunda persona, el narrador le escribe a su amigo de la adolescencia, una especie de relato cronológico, un descargo pero sin llanto, tal vez algún punto de reproche, casi imperceptible, luego de que él se quitara la vida. 

Lo que más impacta, además de las reflexiones sobre la muerte voluntaria, es la lectura que nosotros hacemos del del texto en relación con el lo que terminó siendo el destino de Levé, quien días después de entregar el manuscrito de este libro a su editor, también decidió poner punto final a su propia vida. 


Diez frases marcadas


  • Seguirás viviendo mientras quienes te hayan conocido sigan viviendo. Morirás con el último de ellos.

    Te encantaba haber nacido un 25 de diciembre: "Todo el mundo está de fiesta y se olvida de la mía".
  • Tu mirada ya no estaba entonces en el mundo que la rodeaba, sino en el blanco que apuntaba.
  • La alegría de las cosas simples se ve iluminada por la luz de tu triste recuerdo.
  • Cuando estabas callado, tus ojos se expresaban en lugar de tu cuerpo.
  • Tu vida fue menos triste de lo que tu suicidio podría creer. Se ha dicho que moriste de sufrimiento. Pero la tristeza no era tanto tuya como de quienes te recuerdan.
  • Quienes te conocieron releen cada uno de tus gestos a la luz del último.
  • No te faltaba dinero. Pero los linyeras eran como los espectros que te anunciaban uno de tus finales posibles.
  • Cuando uno habla de ti, empieza describiendo tu muerte, antes de remontarse en el tiempo para explicarla. ¿No es raro que ese último gesto invierta tu biografía? Desde tu muerte, nunca he oído que nadie contara tu vida empezando por el principio. Tu suicidio se ha transformado en el acto fundacional.
  • Los que te sobrevivirían serían los únicos que cargarían con el dolor de tu muerte. Ese egoísmo de tu suicidio te desagradaba. Pero en la balanza, la calma de tu muerte pesó más que la agitación dolorosa de tu vida.


Autor: Édouard Levé
Título: Suicidio
Editorial: Eterna Cadencia 
Traductor: Matías Battistón
Edición: 2017 
Páginas: 96
Fecha de publicación en su idioma original: 2008, Francia.




No hay comentarios:

Publicar un comentario