martes, 18 de marzo de 2014

Gonzalo Viñao, "Interferencias"


Tal vez alguien entra a un ciber, pide una máquina, y al “Iniciar” encuentra una casilla de correo abierta. En lugar de cerrarla, decide hacer clic en la bandeja de entrada y comienza a leer. Lector voyeurista.

Lector entrometido, que accede a la intimidad de Octavio. Y también a la de Laura. ¿Son estas dos personas? Para la historia que se propone contar Gonzalo Viñao, devienen en personajes.

Difícil intentar pensar el punto de vista. Porque cuando se leen cartas ajenas, quizás no haya un “yo”, una  identificación lo suficientemente fuerte como para lograrse. El lector de cartas es como el espectador de un partido de tenis ubicado en el centro de estadio, a la misma altura de la red de juego, que mueve su cuello al ritmo de la dirección de la pelota amarilla, observando el golpe de uno, la devolución del otro. El lector de “Interferencias” hace lo mismo: en cada correo, va conociendo lo que ambos sintieron. Y sienten.

En esta ¿novela? no hay héroes ni mayores desplazamientos. Sólo intercambios de correos electrónicos. No se evidencias desplazamientos físicos reales, más allá de la voluntad expresa de juntarse algún día en un día a tomar algo.

 El espacio de la historia es la red. Transcurre en el plano de lo virtual. No sabemos si están en sus casas, cómo son estas, con quiénes viven, si es que comparten con alguien (al final puede llegar a saberse algo de uno de los dos protagonistas). Muy pocas pistas.

Sujetos que vuelven de un pasado que ya no conviene recordar se comunican luego de dos años de silencio. Pero apenas dialogan, se reprochan, se reclaman y se extrañan. Declaran que se quieren. Y se contienen afectivamente. Todo a la vez. Hasta que aparezcan en la superficie las diferencias; mejor dicho, como bien expresa el título del libro, las “Interferencias”.

Entonces esta historia de amor se hace triste y angustiante, aunque no desdichado. No hay futuro. No hay solución. Dilema. Si se escriben se pelean. Si no se escriben, se recuerdan. Si se recuerdan, se contactan.

Para una relación como el de Laura y Octavio, la web no funciona para compartir lecturas y películas sino como excusa para reiniciar la comunicación. Que apenas establecida, aparecen los verdaderos temas de este vínculo irrealizable, ya no sólo físicamente sino en el plano virtual. Un amor que no lleva a ningún destino pero que tampoco pueden cortar.


Lo que sí puede decirse, de acuerdo a lo leído en la novela, es que se puede prescindir de los cuerpos y las salidas, pero no se puede dejar de extrañar las ideas, las miradas del mundo de una persona querida y admirada. 


Ficha técnica

Autor: Gonzalo Viñao
Título: Interferencias
Editorial: La Bola Editora, Mar del Plata.
Año de edición: 2013
Páginas: 104.




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